miércoles, 10 de abril de 2019

El mundo de las causas.


I.

Nunca salió del mundo de las causas.

Le gustaba aquel lugar.

Era seguro y tenía un clima estable.

Tal vez por eso no salió.

Escogió quedarse ahí, digamos.

Respondía a los saludos.

Avanzaba cuando había que avanzar.

Miraba afablemente a todos.

En resumen: su comportamiento fue siempre el adecuado.

Yo lo conocí en aquel entonces.

En un punto x del mundo de las causas.

Nos juntamos varias veces aunque no logro recordar de qué hablábamos.

No era un mal tipo.

Aunque claro, eso tampoco lo convierte en uno bueno.

Equilibraba y cuidaba sus acciones, digamos.

Creo que tenía una planta.


II.

Supe que ingresó al hospital un día de enero.

Y es que su ingreso marcó un antes y un después en el mundo de las causas.

Los que lo conocíamos fuimos citados para una evaluación personal.

Preguntas de rutina, mayormente.

Cómo lo conocimos.

Qué hablábamos con él.

Ese tipo de cosas.

A mí me entrevistó una chica de lentes, al menos en tres ocasiones.

En la última sesión, recuerdo, me recomendó que tomara más líquido.

Y me dio una tarjeta con un número, para que llamara, si veía aparecer una grieta.


III.

Tengo entendido que la grieta apareció el mismo día en la totalidad del mundo de las causas.

Nadie lo decía abiertamente, pero corrían rumores sobre una colisión con el mundo de los efectos.

Yo trataba de no pensar en el asunto, pero era inminente que algo estaba cambiando.

Podían sentirse temblores de vez en cuando y en las noches hasta era posible escuchar voces.

Una vez, en medio de la noche, el que nunca salió del mundo de las causas se apareció en mi cuarto.

Estaba más delgado y vestía de esas batas que les ponen a los enfermos.

Entre varias cosas que me dijo recuerdo que repitió que solo había un mundo.

Lo gritó incluso, mientras se lo llevaban de mi cuarto.

Yo fingí estar dormido, así que me dejaron así, como si nada.

Durante las semanas siguientes sellaron las grietas, aunque solo en la superficie.

Y cesaron poco a poco los rumores sobre la supuesta colisión de mundos.

Por mi parte, intenté contar la historia varias veces, pero siempre termino olvidando cosas.

Cada vez que olvido –además-, se me abren unas pequeñas heridas en las manos.

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