martes, 9 de abril de 2019

Testigo.

"...puesto que tenemos en derredor nuestro
tan gran nube de testigos, despojémonos también
de todo peso..."
H. 12:1

Yo lo vi. Estaba sentado en la mesa de la esquina, al fondo. Lo atacaron mientras tomaba una sopa. Una sopa de tomates, creo. Acá les ponen queso arriba y un poco de albahaca. Todavía no la he probado, pero soy bueno para los olores. Podía olerla desde mi mesa. Y no me gusta la albahaca.

Apenas lo atacaron intentó defenderse con lo que tenía más a mano. Y claro, como estaba tomando sopa intentó hacerlo con una cuchara. No lo hizo tan mal. Golpeó al primero y solo fue por un descuido que pudieron atacarlo los otros. Estaban en una mesa cercana y al parecer lo estaban vigilando, listos para actuar si ocurría algo como lo que ocurrió.

Dos hombres lo sujetaron y el tercero lo golpeó. Le dio patadas, principalmente, aunque también le arrojó algunas cosas que se estrellaron principalmente contra el piso. Entonces el primer hombre –el que había iniciado el ataque y había resultado golpeado con la cuchara-, se puso frente a él y le obligó a observar unas fotos, que llevaba en una carpeta.

Lo dejaron ahí, tirado. Consciente todavía pues el hombre se revolcaba, pesadamente, en el piso. Un garzón salió a verificar que los otros tipos se hubiesen ido y luego llamó una ambulancia. Mientras lo hacía, le pidió a un cocinero que sacara el cuerpo del hombre y lo dejara fuera del local, supongo que para ahorrarse el dar explicaciones o declarar en algún sitio. Veinte minutos después llegó la ambulancia.

En el intertanto el garzón nos ofreció, a quienes estábamos en el local, un plato gratis, si decíamos que no vimos nada y que el hombre llegó arrastrándose hasta las afueras del local. Éramos apenas cuatro los que estábamos y accedimos tras mirarnos en silencio unos segundos. Yo estaba satisfecho, pero de todas formas pedí algo, para aprovechar lo ofrecido. Entonces expliqué que quería una sopa de tomate, con queso, pero sin albahaca, pues no me gusta la albahaca, y me preocupé de que el garzón lo anotara expresamente en su libreta.

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