domingo, 21 de octubre de 2018

Marcos en el ring.


Creo que ocurrió en el 2008.

Diseñamos el traje, conseguimos una máscara e inscribimos a Marcos para un torneo amateur de lucha libre.

Había casi 70 inscritos y los rivales se decidían a partir de un sorteo que se hacía justo antes de subir al ring.

Poco antes de pelear, también, los participantes debían firmar un acuerdo en el que asumían toda la responsabilidad ante una posible lesión.

Recuerdo que a Marcos le tocó pelear en primera ronda con un tipo de barba que se hacía llamar “Segunda inquisición”, que llevaba una cruz al cuello y un short púrpura.

Se podían utilizar unas sillas de lata durante la pelea y todos los inscritos recibieron una clase de cinco minutos para explicar el tipo de golpes permitidos y no dañar al rival.

Marcos, por cierto, estaba algo borracho y vestía una máscara café y un traje gris con una especie de caparazón, que habíamos sacado de un disfraz que arrendaban para una obra de Kafka.

Su nombre de batalla era “Chanchito de tierra”, y le dijimos que ante cualquier problema se hiciera bolita en el suelo y nos dejara el resto a nosotros.

El punto es que a los dos minutos de batalla Marcos nos hizo caso y se hizo bolita y empezó a rodar por el ring.

Segunda Inquisición se demoró en reaccionar y cuando lo hizo ya habíamos sacado suficientes fotos, así que le gritamos a Marcos que se rindiera, que con eso bastaba para ganar la apuesta.

Marcos sin embargo siguió en su personaje hasta que detuvieron la pelea porque Segunda Inquisición le había dado unas patadas directas en la cabeza, produciéndole un corte.

De hecho, Segunda Inquisición fue descalificado por esos golpes, y declararon a Chanchito de tierra como ganador de la pelea.

Marcos no podía creerlo cuando se lo dijimos en el hospital

La apuesta que ganamos alcanzó justo para pagar su atención, aunque no cubrieron las secuelas.

Para nuestra tranquilidad queda el que Marcos se enorgullece hoy de su hazaña.

De hecho, ninguno de nosotros, aunque caminemos derecho, tenemos una historia como esa para contar.

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