-¿Sabías que ese hombre no está ahí? –dijo ella.
-¿Qué hombre… dónde…? –dijo él.
-El hombre ese, el animador del programa de
concursos…
-Ah, ese…
-¿Acaso no estás frente al televisor?
-Sí… al frente… pero es que estaba pensando en otra
cosa…
-Bueno, el punto es que no está ahí.
-¿Ahí dónde?
-En la tele… o sea, me refiero a que esos programas
son grabados…
-Claro, casi siempre lo son…
-Puede ser, pero leía en una revista que grababan
todos los programas de la semana en un solo día…
-¿Los cinco en un solo día?
-Sí… ¿te imaginas? Todos esos concursantes…
montones de ganadores y perdedores en un solo día…
-Claro, si todo lo graban en un día…
-Sí, pero me refiero a que es absurdo saberlo… o me
siento absurda al menos, sabiéndolo…
-¿Por qué absurda…?
-No sé bien… como que su suerte ya está echada… o
sea, cuando los miro siento eso, al menos… como que les están mintiendo…
-¿Quién les está mintiendo?
-El animador… cuando miro el programa siento que ya
está todo dicho…
-Pero en el momento en que están participando aún
no saben…
-Claro, por eso te digo que es una sensación, no
una certeza… como que siento un poco falso todo… hasta a los que ganan.
-¿Los que ganan…?
-Sí… o sea, los que ganan no están ganando nada… se
ríen y se abrazan por nada… además el animador ni siquiera está ahí…
-Pero en ese momento estaba ahí.
-No sé… supongo que sí, pero cuando lo veo
pareciese que tampoco está ahí… como que ya sabe que no está…
-Eso no es lógico.
-Puede ser, pero tampoco lo es sentarse frente al
televisor y no estar viendo…
-…
-Lo que pasa es que no puedes entenderme porque no
eres sensible… ¿te imaginas si nosotros mismos estamos existiendo solo días
después, para otros…?
-¿Cómo voy a imaginarme eso?
-Intentándolo…
-…
-Imagínate… esta misma conversación no debiera
importarnos… ni sufrir ni alegrarnos por cosa alguna… si hasta puede que ni
siquiera estemos juntos cuando esto realmente suceda…
-…
-¿No te lo imaginas?
-No…
-Pero…
-Nosotros vivimos en vivo, eso creo.
-Pues yo no estoy segura.
-…
-…
-Mira, parece que ese va a ganar… -dijo entonces él.
-No entiendes nada –dijo ella, finalmente.
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