viernes, 28 de noviembre de 2014

Firmas.


El hueón que estacionó sobre las flores está juntando firmas para salvar a las ballenas.

Yo le pregunto que qué ballenas.

Él no entiende la pregunta y me responde que todas y me acerca el papel.

Yo firmo porque soy dócil, y  porque firmar me da risa.

Él me pide entonces una serie de datos.

Se interrumpe para hablar por celular.

Lo oigo quedar con alguien que debe ser su chica.

Yo no uso celular ni tengo chica.

Tampoco ando con un papel intentando salvar ballenas.

Aunque compenso porque no pisoteo las flores.

Él termina de hablar y continúa pidiéndome datos.

Entonces me pregunta si quiero adherir también a otra para salvar pingüinos.

Yo le digo que ya y luego le pregunto que qué pingüinos.

Él no entiende mi pregunta y responde que los pingüinos emperador.

De esos no quedan muchos, me dice.

Yo asiento.

Y firmo, por supuesto.

¿No tienes para salvar a os otros pingüinos?, le pregunto.

Él me dice que no, que de esos quedan muchos.

Yo asiento.

Discutiría, pero el tipo está atento a unos mensajes que le llegan al teléfono.

Entre tanto, me pide algún otro dato.

Yo respondo.

Él no tiene más cartas de apoyo.

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