Tolstoi dijo que la escritura era la máxima
responsable de su derrota moral.
Lo dijo al final de su vida, claro, tras haber
renunciado a escribir y ser encontrado perdido al menos una docena de veces,
tras huir de su vida familiar.
Así, complementa la primera frase señalando que su
vida familiar era el resultado manifiesto de esa establecida derrota moral.
…
Ingenuo, Tolstoi.
Ingenuo, al menos, me permito pensar.
Y es que si bien creo en esos fracasos morales, me
cuesta considerar que la escritura pueda ser responsable de aquello.
No se trata sin embargo de valorar positivamente a
la escritura o intentar desvincularla de esta idea de derrota. De hecho, lo que
realmente creo es que la escritura no puede conducir a logro o fracaso alguno, al
menos a nivel individual.
En este mismo sentido, si bien me encuentro a punto
de aceptar, junto con Tolstoi, mi propia derrota moral, no podría achacar a la escritura dicha derrota. En
cambio, debiese aceptarla como el resultado de prácticas tibias y/o equívocas
con las que día a día enfrentamos nuestras acciones.
Así, teniendo en cuenta lo anterior, no quedaría
más que llamar cobarde a Tolstoi por no reconocerse abiertamente como el
responsable de su derrota…
Esto lo digo con cierto dolor, por cierto, pues el
cariño que le tengo a Tolstoi –sobre todo en su último periodo, justamente-, hace
que ciertas sensaciones choquen y deriven en cierta incomodidad que no hace
sino aumentar si me pongo a mí mismo como objeto de juicio.
En otras palabras, es el llamar cobarde a Tolstoi, lo
que se traduce en mi propia derrota moral… al menos en el día de hoy.
…
Ingenuo, Tolstoi, en definitiva.
Ingenuo, al menos, me permito pensar.
me pasa que la palabra derrota parece traer consigo el deterioro, y el deterioro al tiempo, y la derrota es tan acotada, una instántánea. Y por otro lado el tiempo es tan invencible...
ResponderEliminarpara mi ¿verguenza? jamás he leído a Tolstoi. Quizás comience pronto.
Saludos