jueves, 22 de mayo de 2014

Tres balas.



-¿No te ha pasado eso de querer disparar una pistola?

-¿Una pistola…? Pues no… No que yo recuerde, al menos.

-Pues a mí sí… -me dijo- . Papá tenía una guardada en un cajón, junto a unas ropas que ya no se ponía… y de vez en cuando iba a escondidas, la sacaba y jugaba con ella…

-¿Estaba cargada?

-Sí. Tres balas –señaló-. Yo cargaba y descargaba la pistola… Luego la dejaba en su sitio.

-¿Has pensado por qué lo hacías?

-Sí… O sea, nada profundo… pero yo quería dispararle a algo. Supongo que ese era mi sueño…

-¿Lo hiciste alguna vez?

-¿Disparar?

-Sí. Disparar.

-No sé… o sea, recuerdo algo, pero tal vez lo inventé… Fue por el tiempo en que papá se enojó con mi madre y se fue de casa… Deben haber sido unas semanas, pero yo pensé que era para siempre y que me podía quedar con la pistola… Además nadie más sabía que existía…

-¿Tu madre no sabía del arma…?

-No. Nada. Estoy seguro.

-…

-Recuerdo que esa vez fue extraño, porque se dieron las condiciones y yo no sabía qué hacer… O sea, estaba solo en casa… y estaba decidido a disparar… Pero solo entonces caí en cuenta que no sabía a qué dispararle… Imagínate, meses planeándolo y de pronto voy a disparar y no sabía a qué apuntar… Me daba miedo romper algo… matar algo… No sé bien cómo explicar la sensación…

-¿Pero disparaste? –insistí.

-No sé… De verdad que no sé… Yo recuerdo que sí y que finalmente disparé al aire… con miedo pues pensaba que la bala igual podía caer en algún momento, y matar algo… Pero claro, disparé al cielo y finalmente no vi que pasó con la bala, aunque en ese entonces veía como una posibilidad el haber matado a alguien con a bala de regreso…

-¿Y por qué no estás seguro si disparaste?

-Porque cuando mi padre regresó, a las semanas… me llamó un día y quiso enseñarme la pistola… Me la mostró como si fuese un secreto… y me mostró las tres balas… Dijo que esas eran tres para proteger a cada uno de los tres integrantes de la familia…

-¿Volviste después a jugar con la pistola?

-No. Papá volvió a irse al poco tiempo y se la llevó. Yo pasé un tiempo buscando las balas de mi madre y mía por si las había dejado… pero se llevó las tres.

-Mejor. Más seguridad –comenté.

-Sí –dijo él-. Un poco más.

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