jueves, 15 de mayo de 2014

El lugar donde cayó un rayo.



Todos vienen a ver el lugar donde cayó un rayo.

Puede ser algo difícil de creer, pero lo cierto es que hubo varios testigos.

La marca, por otro lado, quedó registrada por años y hasta vinieron de tv, para hacer una nota.

Fue una nota ligera, para un matinal, pero al menos me convenció para construir mi biblioteca, justo sobre aquella marca.

Hace poco, sin embargo, -no recuerdo bien a raíz de qué-, volvió a salir aquella nota, y tuve visitas todo el día.

Debí correr un estante y una alfombra, luego enseñé la marca.

Algunos se fotografiaron con ella.

No se los dije, en el momento, pero a solas, debí admitir que la mancha había cambiado.

Tenía, por ejemplo, un tono verdoso claro.

Por la noche, incluso, pude percatarme que la marca brillaba un poco.

Muy poco en todo caso.

Esa misma noche, recuerdo, me levanté para ver de cerca aquello que sucedía.

Me incliné sobre la marca, y con la punta de un dedo, fui marcando el borde irregular que mantenía.

Recordé cosas.

Volví a acostarme.

A veces uno llama al rayo, me dije.

Al otro día, de mañana, descubrí que la marca había desaparecido.

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