martes, 6 de mayo de 2014

¡Parece mentira...!



No puedo dormir por las noches.

Leí un libro que olvidé.

He visto un niño morder a un perro.

Admiré por varios minutos un cuadro colgado al revés.

¡Parece mentira…!

Me refiero a que un gran número de estas situaciones van llenando mis días.

Cosas que parecen absurdas, pero que igualmente son ciertas.

Palabras no dichas.

Desayunos que me preparo a medianoche.

Huellas de pisadas que no he dado.

Cosas de ese estilo…

Y sí… debo confesar que me preocupa un poco.

Quedamente quizá, pero me inquieta.

Y es que si todo sigue así, mi biblioteca se derrumba en cualquier momento.

O tal vez mis libros se queden donde mismo y sea el mundo el que se venga abajo…

Así, descanso de pie, en medio de los otros.

Saludo, con un último gesto, a quienes no quiero ver más.

Inspiro tanto aire que me ahogo.

¡Cuánta palabra y tan poco qué decir…!

Esos sí son sonidos que nadie escucha.

Nombres a los que nadie acude.

Parte del tejado que cayó justo al costado de una casa.

¡Eso sí que enrarece las cosas…!

Y es que habría que hablar, quizá, en medio del desierto.

Poco más habría que hacer.

Así, finalmente, una mujer muerta abre los ojos a un costado de mi cama.

La observo, sin mirar.

Creo que no estoy en ningún sitio.

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