viernes, 14 de febrero de 2014

Mi cena del día de San Valentín.

"Y si te sientes desgraciado
sonríe y piensa en Leopardi"
Otto Wingarden.


Como es día especial y las parejas andan por doquier yo me las doy de duro y salgo entre ellas. Todo está lleno de gente de la mano, globos con forma de corazón y largas filas en los restaurantes. Si hasta la música es distinta a la habitual y las baladas románticas inundan los centros comerciales y hasta los supermercados.

De hecho, parece que la gente sola no sale hoy día.

Así, caminando, descubro que en un supermercado los chocolates están con rebaja y también los vinos. Dos por uno, decía el anuncio. Así era.

Lamentablemente, eso sí, los chocolates importados no entraban en la promoción y los vinos reserva tampoco, así que desistí de las ofertas y fui hasta el sector de las carnes.

Busqué entre las envasadas y en un rincón medio olvidado encontré la bandeja que buscaba.

Bistec de corazón.

Venían cuatro.

Yo pensé que ya no vendían.

Compro también unas cebollas, perejil y ajo, pues solo me quedaba en polvo.

También escojo unas papas.

Ya en casa  me esmero en preparar la carne.

Y claro, como el corazón es un músculo y a veces queda duro lo cocino dos veces.

Primero con cebolla y ajo, más cocción que fritura.

Luego hago una salsa con pimienta, perejil y ajo y frío la carne en mantequilla.

Las papas las meto al horno y luego las doro.

Corto también unas tiritas de pimentón y las agrego a la cebolla.

Sirvo.

Descorcho un vino.

Pongo un disco de los rollings.

Este sí es un buen corazón, me digo.

Una cena perfecta, para el día de San Valentín.


*Aclaro que en este día no nos juntamos con mis amigos solteros, porque nos sentimos gays.




3 comentarios:

  1. ohhh que ricooo! mi vieja hacía un bistoco de corazón increible (quizás era de higado, que a veces es más corazón que el corazón... en cualquier caso le quedaba maravilloso! así mismo con cebolla y perejil!)

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