jueves, 27 de febrero de 2014

Como soy un poco torpe.



Como soy un poco torpe, demoro horas en cortar unas cuantas letras, para una frase en mi sala de clases.

Además salen feas.

Luego olvido la frase.

Quizá hasta de gusto olvido la frase.

Entonces busco imágenes.

Escojo entre algunas postales de Portugal y otras de pintores y movimientos artísticos.

Años antes hubiese optado por Chagall.

Luego Monet.

Después Degás.

Hoy en cambio no sé bien por qué optar.

Paso por las imágenes y es como ver fotos de sensaciones antiguas.

Morisot, Rothko, Magritte…

Como estaciones casi que uno pudiese volver a visitar.

Qué ganas de bajarse un momento en la estación Morisot, por ejemplo…

O contemplar desde un vidrio la estación Lautrec…

Revisitar la estación nevada de Hiroshige…


Divago.

Vuelvo a mirar las postales.

Mientras elijo voy pegando información.

Fechas de pruebas, horarios, cosas de ese estilo…

Luego elijo las postales.

Unas cuantas sin gente, de Hopper.

Un par de Macke…

Muchas abstractas.

Kandinski, Delaunay… cosas de ese estilo…

Entonces recuerdo un trabajo de Wingarden donde se hablaba de la creación de textos abstractos en épocas de guerra…

Un texto solo regular, por cierto, pero que viene al caso.

Así, voy pegando las imágenes abstractas junto a algunas letras sueltas, que formaron parte de una frase.

No quedó muy bien, es cierto, pero ya es hora de que lleguen algunos chicos.

No es una guerra, por supuesto…

O al menos no exactamente.

Y es que aquí nadie muere.

Y apenas unos pocos, si hay suerte, resultan heridos.

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