viernes, 21 de febrero de 2014

De la Tierra a la Tierra. Novela de anticipación.



Apuntes:


Parte I.

Todo comienza con un hombre construyendo una máquina. Una nave, digamos. Planos, estudios, diagramas… debe estar rodeado por elementos que demuestren que su construcción es fruto de una investigación minuciosa. Artesanal quizá, pero minuciosa.

Luego debe escribirse una escena en la que el hombre prepare un jugo. Un jugo en polvo, instantáneo, pero que se vea saludable. Es decir, el hombre debe fijarse en los datos del jugo, abrir la llave del agua un rato antes de echar en un jarro… revolver con cuidado… oler antes de tomar… Y claro, llevar consigo un vaso hacia su lugar de trabajo.


Parte II.

Es de noche y el hombre sale a caminar. Observa.  Debe ver el mundo como si cada información recolectada -incluso la forma de caminar de una persona, por ejemplo-,  pudiese llegar a tener utilidad en su tarea.

No debe quedar impresión de frialdad, sin embargo. Su tarea es noble. Es decir, debe desprenderse de la descripción de sus acciones, de su ritmo, que lo impulsa una buena sensación.

Así, puede tropezarse y reírse, por ejemplo.

O acercar la mano hacia un perro o una planta, sin saber muy bien para qué.


Parte III.

Otros personajes. Vecinos tal vez. Pequeñas conversaciones. Nada superficialmente profundo. De a poco, sin embargo, debe extraerse de dichas conversaciones la información sobre la construcción del protagonista, de quien se ríen un poco los otros personajes.

-¿Dijiste que construye una máquina para viajar a La Tierra?

-Exacto.

-Pero ya estaos en la Tierra.

-Lo sé.

-Entonces es un estúpido.

-Al contrario… De hecho, esa es la única máquina que existe en el mundo, que no puede fallar.


Parte IV.

A través de ciertos apuntes de bitácora, aunque principalmente a partir de sus acciones, el protagonista debe dar a conocer ciertos rasgos de su propósito…

Dicho propósito, si bien no se enunciará explícitamente, debe traducirse en el deseo de descubrirla… comprenderla… más allá de la información concreta.

Dar un paso en ella, podría decir, a respecto, el protagonista.


Parte final.

Lluvia. Cae sobre la nave. No debe decirse si el hombre ya viajó en ella o no. De hecho, por momentos, puede crearse la sensación de que el hombre está dentro de la nave.

Eso, poco más.

Debe redactarse de tal forma que el lector traslade su atención desde el hombre y la nave, hasta el hecho de la lluvia cayendo sobre la tierra.

Que el lector se dé cuenta que eso es lo importante.

Que esa es la realidad con la que él puede comprender, y tener contacto.

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