I. Materiales.
Ante todo, si lo que deseamos es vivir bajo el agua
lo primero que necesitamos es agua.
Respecto a la cantidad, sin embargo, no existe una
medida específica, pues variará dependiendo del espacio que cada sujeto que
desee vivir en estas condiciones requiera o ambicione para tal efecto.
Como segunda cuestión necesaria, de carácter
imprescindible, tenemos la voluntad del sujeto que comenzará a vivir bajo el
agua. Cuestión del todo esencial pues si se trata de vivir en esas condiciones,
es necesario un esfuerzo y tesón constante.
No existen otros materiales esenciales, aunque debe
observarse que el agua necesita ser contenida. Por lo demás, no importa el
recipiente, pues el agua acostumbra adaptarse a la forma de aquello que la
contiene.
II. Procedimiento.
Sumérjase en el agua.
Viva en ella.
(O bajo ella,
como acostumbra decirse)
III. Otras consideraciones.
Si la adaptación a este nuevo espacio le presenta
dificultades, se recomienda encarecidamente replantear la primera pregunta –a saber,
¿cómo vivir bajo el agua?-, acortándola a su expresión significativa mínima.
Es decir, reflexione sobre la respuesta que usted
da a esa mínima pregunta: ¿Cómo vivir?
Ahora bien, una vez que tenga la respuesta clara, y
esta se adapte de forma perfecta en usted (igualito que el agua en su
recipiente), ya está usted en condiciones de volver a intentar el procedimiento
descrito en el segundo punto.
Por último, si las dificultades persisten, le
recomiendo comprobar la respuesta dada a la mínima pregunta antes mencionada.
Dicha comprobación, por cierto, puede usted lograrla a partir de la respuestas
a otras simples preguntas: ¿Por qué…? y ¿Para qué…?
Éxito en su tentativa.
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