domingo, 23 de febrero de 2014

El tapón del mundo.



El tapón del mundo.

El tapón del mundo por dónde se vacía el aire.

Tiene que haberlo.

Tiene.

Debajo de una piedra o de un hombre solo.

Tiene que estar en algún sitio el tapón del mundo.

Bajo el agua.

O en el punto más alto de una montaña, si se vacía hacia arriba.

¿Sabe alguien dónde está…?

No digo para arrancarlo.

No es eso.

Pero quiero mirarlo, como al único ojo de Dios.

Sentarme junto a él.

Pensar en algo que aún no sé.

Respirar consciente del peligro próximo.

Respirar sabiendo que tras ese tapón… hay algo que desconozco.

Un teatro vacío.

Un animal que respira algo seco.

Vaciado…

No sé bien qué digo.

Tal vez en mi propia biblioteca… haciendo orden.

Quizá algún día dé con él tras correr un libro.

Un tapón pequeñito.

Bajo una foto olvidada o dentro de una carta llena de polvo.

¡Vaya uno a saber…!

Tal vez hasta en cada uno.

En cada hombre, me refiero.

Tal vez así se vacía el mundo.

Igual como se vacía un hombre...

Igual como se arranca a sí mismo, el aire.

Por amor, o por dolor, o por miedo…

Tal vez colgado el hombre descubre el tapón por dónde se vacía el aire.

Tal vez mirando honestamente sus propias manos.

¡Vaya uno a saber…!

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