-Tienes que aprender a mirar a la gente –dijo el
viejo-. ¿Ves ese tipo de allá… el de las manos en los bolsillos…? Fíjate en su
expresión… en sus manos… Te aseguro que no tiene nada en sus bolsillos… Es como
si escondiera sus manos… ¿lo ves?
-…
-Acerquémonos un poco… Mira… No sé ahora si lo que hace es
esconderlas, es más como protegerlas… Fíjate en sus ojos… en su mirada, me
refiero… Claro, no es por esconderlas, no es vergüenza lo que siente… es como
si tuviese sangre en las manos… pero no sé…
-…
-Un mal escritor haría un cuento de esto, un
posible asesino, quizá… unas buenas frases sobre la desesperación, quizá… y
hasta podría jugar con la imagen de unas manos nerviosas… ocultas no por la
sangre necesariamente, pero quizá hasta por comerse las uñas… sí… se puede
jugar con eso… El problema es que todo eso se puede rastrear, pero agota… por
qué se come las uñas, me refiero… hacer unas líneas con la idea del hambre…
-…
-Lo otro es jugar a alejarse… verlo como una imagen…
igual sirve de material, pero el punto es alejarnos hacia las ideas… una buena
frase y comenzar a armar un poema… ese hombre también es una mano en los
bolsillos del mundo… ¿suena bien, no…? Una mano inútil, que no sabe qué hacer…
un hombre como una mano que se refugia en el bolsillo… etc.
-…
-La idea es aprender a mirar a la gente,
traducirlos a un lenguaje… casi como un vampiro… vas y extraes de ellos el
material, me refiero… pero el material vivo… sí, como un vampiro salvo que no
les haces daño…
-…
-¿Entiendes lo que digo…?
-…
-¿Pasa algo…? ¿Por qué estás tan callado…?
-Sí les haces daño –dijo el joven.
Me gusta escribir, pero en los últimos meses he pensado justamente en esto,
ResponderEliminarde traducir al lenguaje
la vida,
como una forma de alienar al individuo,
enajenarlo de sus posibilidades de liberación
ya expresadas, ya reconocidas en ese escrito, o en las palabras en potencia que esperan ser escritas, o en los miles de testimonios esparcidos en novelas, cuentos y poemas. Quién sabe, las formas de arte en general, incluso.
Y nos creíamos tan buenos, tan sabios.
Sí, hacemos daño. Pienso.