-Sí -dijo-,
esa es la imagen que tengo de ti… la de la línea de polvo que no se sube a la
pala…
-¿Qué pala? –preguntó él.
-Cualquier pala! Me refiero a que nunca te vas
completo a ninguna idea, a ninguna creencia… no te subes nunca entero a ningún
proyecto…
-¿Y eso qué tiene que ver con una pala?
-Era una imagen, nada más… como cuando uno barre y
recoge la mugre en una pala… ¿no te has dado cuenta que siempre hay una parte
de la basura que no se logra recoger?
-¿Estás diciendo que yo soy una parte de la basura…?
-No… tú eres como la basura completa… lo que digo
es que parte de ti se queda abajo, que nunca se puede recoger… que no traes
todo de ti contigo…
-¿Y por qué mierda tienes que hablar así? ¿No es
más fácil decir: quería tener un hijo, una casa, que fuéramos no sé dónde…?
-Es que no es tan simple. Es decir, tú tendrías el
hijo, o la casa… el punto es que no te subirías entero al proyecto… no puedo
intentar siempre que te subas y…
-¿De qué proyecto estás hablando…? Estamos juntos
hace años, dormimos en la misma cama…
-No siempre. Tú te levantas a fumar.
-¿Vas a decir que no puedo levantarme a fumar?
-Claro que puedes.
-¿Y entonces?
-El problema es que no solo te levantas a fumar… te
levantas a ver esa línea de polvo que no se subió a la pala… la buscas por el
patio… te quedas en mitad de la noche, luego de fumar, pensando en eso tuyo que
dejaste… sintiendo que esa línea de polvo es más tú que el que estaba metido en
la cama…
-¿Y cómo mierda se supone que sabes eso…?
-Porque te observo. Porque a veces ni siquiera
enciendes un cigarro. Porque siempre vuelves a medias. Puedes incluso acostarte,
pero parte de ti quedó afuera, fumando el cigarrillo que no encendiste…
-Espera… No entiendo qué es lo que quieres ni por
qué halas así...
-Quiero que al menos sepas que me doy cuenta…
-No es eso. Tú quieres otra cosa. Siempre has
querido otra cosa. Tú quieres ser la pala… que la cama sea la pala…
-¿Cómo…?
-Eso: que tú quieres ser la pala… y hasta eres
demasiado compacta como para estar viva…
-¡Ya ves…! Ahora eres tú el que habla como si te
hubiesen escrito lo que tienes que decir… Creo que debemos calmarnos un poco.
-…
-¿No te das cuenta…? No son nuestras palabras…
-No… yo siento lo que estoy diciendo…
-Sí, yo también, pero nosotros no hablamos así…
esto parece algo escrito… un diálogo que alguien juega a escribir pasando por
alto nuestros sentimientos…
-¿Y quién iba a querer hacer eso…? Es decir, ¿para
qué alguien iba a querer hacer eso?
-No lo sé…
-…
-…
-¿Prefieres qué sigamos hablando mañana, mejor?
-Sí, pero igual me preguntó qué es lo que pasa… qué
es…
-Mejor dejémoslo así.
-Sí, hablémoslo mañana.
-…
-…
-¿Sabes?, siento como si alguien hubiese logrado
subirme a pala, como tú decías, y qué ahora quiere desecharme…
-No sigas ahora. Estoy un poco asustada… Hablemos
mañana.
-¿Y si no estamos mañana?
-No seas tonto. No podemos desaparecer así como
así.
Con ese poder de impunidad para desecharnos se deben de sentir los dioses...jeje
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