miércoles, 24 de julio de 2013

El puntero láser.



Estamos borrachos así que me demoro en entender.

Así, casi al final de su explicación escucho una frase extraña, y le pregunto:

-¿Dijiste un puntero láser?

Mi amigo me mira atento, con una expresión seria.

-Ya te lo conté po, hueón… te he hablado todo el rato de la hueá y tú estabay como poniendo atención…

-No, si escuché, te lo digo pa que te ordenís tú, no más…

-Mmm… a ver… ¿de quién era el puntero láser…?

-¿Qué puntero láser?

-¡Viste, hueón…! Si yo te lo dije clarito: el puntero láser de Dios…

-Estay borracho, hueón…

-¡Y vos también po, hueón!

-Pero yo no imagino que te cuento historias y después me enojo… esa hueá si que es estar mal…

-¿De verdad no te lo conté…?

-No po, hueón, estabay puro mirando pal lado… como pegado en algo…

-¡Puta…! ¡Me cagó de nuevo…!

-¿La Sole?

-No, hueón, Dios… si esa es la hueá que te quería decir, que Dios me está agarrando pal hueveo, apuntándome con su puntero láser…

-¿El puntero láser de Dios?

-Sí, po hueón… me está hueveando con eso… pa mi que ahora apuntó pal lado y me desconcentré con la luz…

-Mira… si querís que te crea esa hueá vay a tener que comprar más cerveza…

-¡Compro po hueón, pero aunque no comprara igual sería verdad…!

-A lo mejor, pero mejor compra –le dije.

Mi amigo pidió dos más.

Luego siguió hablando.

-La primera vez iba manejando… -contó-, estaba todo nublado y de pronto se forma un espacio entre las nubes y una luz hueona me llega a mí, justo en la cara…

-¿A ti no más?

-Si po, hueón… era como un rayo… a mí no más y más encima andaba con los frenos malos así que terminé chocando con un semáforo…

-Chucha.

-Sí, eso mismo dije yo… y eso que ahí todavía no cachaba que Dios me estaba hueveando con el puntero…

-¿No?

-No po, hueón… si eso te digo… yo pensaba las hueás típicas: el rayo de sol, no sé… hueás así… normales…

-¿Y cuándo te diste cuenta, entonces?

-Cuando la hueá se repitió hartas veces… y es que era como mucho… siempre una luz justo en los ojos… como cuando huevean a un jugador, en un estadio, apuntándole la cara con un puntero láser… ahí relacioné y me di cuenta…

-¿Y tuviste más accidentes por eso?

-Hartos po, hueón… si andaba puro chocando con hueás, ya fuera en auto o a pata…

-¿Y siempre por la luz en el rostro?

-Sí po… o no en los ojos, pero cerca de uno, y yo me quedaba mirándola y de pronto me sacaba la cresta… Y bueno… fue así mismo que vi que me cagaba…

-¿Dios?

-No. La Sole. Estaba manejando y de pronto vi que el puntero apuntaba a una esquina, y caché a la Sole besuqueándose con un hueón…

-Chucha.

-Sí… chucha un poco, pero no tanto. O sea yo estaba más cabreado con Dios que con la Sole… Es decir… la Sole es humana po hueón, pero Dios no es un cabro chico pa andarme hueveando…

-Sí po… tenís razón…

-Viste…

Terminamos entonces las cervezas.

Pedimos otra.

La última.

-¿Sabís que voy a hacer para vengarme? –dijo de pronto mi amigo.

-¿Para vengarte de la Sole?

-No, hueón… de Dios.

-Puta… no sé… ¿cómo mierda puede uno vengarse?

-Te lo podría contar, pero es secreto… -dijo mi amigo.

-Te prometo que no cuento –dije yo.

Y bueno, fue entonces que mi amigo confió en mí.

Y me lo contó.

Luego de eso, por supuesto, nos despedimos y nos fuimos del bar.

Yo cumplo mis promesas.

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