-¿En qué piensas?
-No sé… en Blancanieves.
-¿En Blancanieves?
-Sí… es tonto, estaba recordando una película de
Resnais… una película en la que unos tipos vivían en un departamento donde
todos los muebles tenían etiqueta… creo que vendían antigüedades, no recuerdo
muy bien…
-¿Y eso qué tiene que ver con Blancanieves?
-Nada… pero ya ves, de ahí pasé a pensar en
Blancanieves… quizá como un mueble.
-¿Como un mueble?
-Sí… o sea, en vitrina… ¿Te acuerdas? Esa parte en
que supuestamente está muerta y la dejan en un ataúd de cristal, pero en medio
de la vida de los otros, como un mueble, en definitiva… los enanos llorando… la
escena típica.
-¿Ahí donde después la despierta el príncipe, o
algo así…?
-Sí… no sé… esa imagen tenía… pensaba en un
científico… o sea, en una especie de príncipe científico que llega, pero claro…
no la besa, sino que comienza a inyectarla, hacerle estudios, suero… no sé,
esas cosas…
-¿Y ella despertaría?
-No… No despertaría nunca creo yo… es decir, nadie
besaría a Blancanieves… se llenaría de nuevos príncipes, pero nadie la besaría…
¿te imaginas un cuento así?
-¿Así cómo?
-Con otros príncipes… un príncipe poeta, por
ejemplo, que llega hasta su lado y le compone los más bellos versos. Habla de
su belleza, del tiempo… y claro, al final ella no despierta y el poeta sigue
cantándole realmente a otra cosa…
-Blancanieves como metáfora…
-Claro, pero no solo para él… o sea, podría llegar
un príncipe pintor, que pinta sus más bellos retratos, o el príncipe jardinero
que le diseña los jardines más hermosos… o hasta el príncipe circense que le
ofrece los números más exóticos… pero bueno… ella seguiría igual… pues nadie
besa a Blancanieves… además quizá despierta serviría solo para uno…
-Y entonces no habrían hecho el jardín, o los
retratos…
-Claro, el arte necesita de esas Blancanieves…. De esas
que nadie besa, pero todos le cantan… Creo que Kafka hablaba una vez de eso… o
sea, al revés, creo que Milena le planteaba de vivir con él, o de estar al lado
simplemente, cuando él escribiera…
-¿Y…?
-Kafka le envió una carta donde le decía que es era
imposible… que en cualquier momento él podía sentir el impulso de besarla y que
eso lo alejaría e la escritura… y hasta de él mismo…
-Tampoco besó a Blancanieves.
-No, ni se dejó besar por ella…
-…
-…
-¿De verdad pensabas en eso?
-No sé… creo que sí, pero en realidad no pensaba en nada. Nada descubierto.
-¿Cómo…?
-Ya sabes, como esos muebles cubiertos de sábanas.
Tú me preguntaste y yo destapé uno: ahí estaba Blancanieves.
-¿Lo vuelves a tapar ahora?
-Sí… no sé…
-¿Qué no sabes?
-No sé qué hacer con las cosas develadas…
-¿Quieres que te tape el mundo, para que te sea más
fácil?
-No te molestes… ya está hecho –me dijo.
Es un pensamiento muy estereotipado sobre los cientificos. Yo creo que besarían a Blancanieves, aunque no necesariamente la despertarían. Tal vez terminarían besando a una científica, que las hay bellas, como para olvidarse de Blancanieves. O una cosplayer, porque hay cientificos lectores de comic y de ciencia ficción.
ResponderEliminarPerdiste el punto por completo.
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