*
Rothko
¿Te acuerdas de Rothko?
No era un perro ni una contraseña.
¿Recuerdas…?
¿No…?
Pero si hasta vimos un video.
Bueno, no importa.
*
¿Tienes las llaves?
Las llaves, po…
Sí sabes cuáles.
Además tenemos una sola puerta.
No...
No puede permanecer abierta.
*
¿Tomaste tú el libro de Faulkner?
El de cartas, ese que estaba junto a Luz de Agosto.
¡¿No te gustó Luz de agosto…?!
Nunca me dijiste eso.
¡Tienes un corazón de mierda!
*
¿No sientes un sabor especial?
¿En serio…?
Es que las hice yo.
Sí, casi toda la tarde haciéndolas.
¿No me crees?
Pero si son distintas…
Bueno, no me creas.
*
Quedamos en que tú lo ibas a buscar.
Claro, si lo hablamos.
A las tres parece, o a las cuatro…
Pero si tú quedaste tú debieses ir.
Mira: no discutas...
No vale la pena.
Ya llegó.
*
Te lo advertí mil veces…
Te lo di a entender.
Tendrías que haberlo visto venir.
¡Todos lo vieron venir…!
Lo que pasa es que siempre has querido que carguen
con tus culpas.
A veces creo que hasta sabes y te mientes…
Y exageras, claro…
En todo caso, no es para tanto.
No es el fin del mundo, me refiero.
Claro que lo creo.
En primer lugar porque sí.
Porque es absurdo, además.
Y porque nadie más.
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