Es cierto, no me gustan las naranjas.
Ni la sandía.
Ni los kiwis.
De hecho, hasta hace unos años no había querido
probar paltas.
Ni frutillas.
Ni los arándanos.
Y claro… pueden tratarme de mañoso, no lo niego.
Y hasta de tonto –o hueón derechamente-, a partir
de los sabores que rechacé.
De hecho, lo invito a pensar en la fruta más sabrosa
y considerar que a otros no les gusta.
O peor aún… saber que esos otros no se han dado el
tiempo, siquiera, de probarla.
¿No da, acaso, un poquito de rabia…?
Pues bien… algo similar me pasa con usted.
Porque claro… puede que usted sí guste de las uvas,
pero…
¿Ha leído las cartas a Gala, de Paul Eluard…?
¿O los poemas de Prevert…?
¿O Luz de
Agosto, de Faulkner?
¿Lloró con el final de Al este del Edén?
¿Conoció a Rodolfo, en una película de Kaurismaki…?
¿Leyó los primeros cuentos para niños de la
Lispector…?
¡Y no me venga a decir que se trata de cosas
distintas…!
¡No me salga con que leer o ver películas nos aleja
de la vida y todo ese cuento…!
Dígale eso a Vonnegut, que creyó en la humanidad después
de haber visto a miles bombardeados por sus prójimos…
O a Macedonio Fernández que ejerció de fiscal
varios años y fue incapaz de acusar a nadie…
¿Que me perdí el pomelo, el maracuyá y la guayaba…?
¿Que no conozco el sabor de las moras…?
Pues bien… hagamos mejor un trato:
Usted lea al primer Sarduy, mientras yo pelo una
naranja.
O escuche a Brel mientras yo saboreo las cerezas.
Lea a Richard Ford, a Chejov, o a la Yoshimoto, en definitiva.
Mientras, yo me comprometo a saborear, sin dudar, el más extraño
tutti frutti…
¡Y no haga cálculos….!
Ambos necesitamos aquello que el otro nos ofrece.
El caballero inexistente, de
Calvino…
Algunos conciertos, de Roslavets…
Los estudios tableados, de Rachmaninof…
Y sí… yo hasta admito que el mango era una fruta increíble…
O que la guayaba me llenaba de energía…
Pero haga usted también el ejercicio.
Acepto ofertas y propongo tratos.
Y es que de nosotros depende, finalmente, que los frutos no se pudran.
Contra qué compites Vian? (conozco a una persona que no tardaría ni medio segundo en enfrascarse en una discusión horrenda contigo, respecto a su superioridad literata y musical. acompañado de un 'pero ademas soy un pobre ser'. Y siempre tuve la impresión de cuando hablaba de libros y piezas musicales 'solo para gente especial', pienso que los usaba de escudo. Le debo haber preguntado, pero no obtuve respuesta. Porfavor no creas que te comparando, mucho menos que asemejo (NO!), sólo veo en común el gusto por y quizás la selección de libros. Y me preguntaba si tu también peleabas contra algo al llamarlos, competías con algo?)
ResponderEliminarContra nadie... el mérito del sabor de la manzana no es del que come la manzana, sino de la fruta misma, o quizá hasta de algo que hay detrás. Yo fui mañoso -y lo soy un poco en parte- y me pierdo cosas, en lo "alimenticio". Y claro... creo que hay otras cosas, mensajes o como quiera que se nombren, que no deben perderse tampoco. Por eso nombro los libros. Imagínate que descubres el sabor del melón, o que lo comes como otros pocos, pero nadie más se da el tiempo de probarlo... y hasta dicen que no les gusta, sin intentarlo. No leer a Vonnegut es perder un sabor, perder la alegría de conocer realmente un espíritu humano (o un poco más el de todos, finalmente), por ejemplo. Lo nombro con cariño, entonces, y con ganas de que otros se animen a conocerlos. Por eso propongo el cambio, ¿qué quieren que yo pruebe a cambio de que ustedes no se pierdan esto otro? Sabores para el corazón, para ser cursi, pero haberlos probado no me vuelve mejor que nadie... y por último -y por esto también soy profe-, creo que son sabores para todos, que le harían bien, en definitiva, a todos.
ResponderEliminarMmm tienes toda la razón ahora que leo por segunda vez y con explicación (nunca es a la primera para mi entendimiento :)), ahora lo veo como una invitación, y si es distinto, es super distinto (fuera de tiesto mi pregunta). Me parece que es una super invitación la que haces, que suerte pasar a leer y poder tomarla. Qué genial que también la lleves a las salas (alli están lo mejores invitados).
ResponderEliminar...has mencionado tanto a Vonnegut que habrá que buscarlo
un abrazo