I.
F me dice que en alguna parte debe existir una
matriz espiritual.
Y claro, yo le pregunto qué mierda quiere decir una matriz espiritual.
-¿De verdad no sabes? –pregunta.
-No –digo yo.
Él me mira entonces con una expresión seria.
-Es decir… me hago una idea –explico-. Lo que pasa
es que prefiero una definición precisa.
Él vuelve a hacer una pausa.
Luego contesta con una única frase.
-Es algo contundente y puro -dice.
Luego se va.
II.
F siempre ha sido extraño.
De hecho, es una de las pocas personas que puede
sorprenderme, con alguna acción.
Hoy mismo, por ejemplo, antes de que empezase con
el asunto aquel de la matriz espiritual, él me estaba contando de un hombre que sacaba melodías con un
serrucho en una calle céntrica.
-M gustaría aprender a hacer eso –había dicho F.
-¿Tocar melodías con un serrucho en una calle céntrica?
–le pregunté.
-No –señaló-. Me gustaría poder contar de buena
forma que vi a un hombre que sacaba melodías con un serrucho, en una calle
céntrica.
III.
Cuando se lo pregunté, F me explicó que para él, contar
de buena forma alguna situación, significaba retroceder hasta un punto anterior
al suceso, donde existiría una huella sensible anterior al hecho concreto que
narramos.
-¿Te refieres a que el suceso se origina a partir de
algo anterior, que existe en un sujeto? –le pregunté.
Él lo negó.
Luego respondió de una forma extraña.
-Cuando escuché al hombre tocar melodías con un
serrucho algo en mí se activó. Entonces, comencé a llorar como si las melodías
creadas hubiesen encajado perfectamente en una huella sensible que existía
antes al interior mío.
-¿Cómo si alguien hubiese dejado esas huellas desde
antes? –le pregunté entonces.
-No –contestó-. Como si alguien hubiese ejercido
presión y esas huellas fueran fruto tardío de esa fuerza…
-¿No hay otra forma de decirlo?
-Sí –aceptó-. Grietas que descubrimos cuando la
sensación producida por una melodía tocada en un serrucho, es llenada completamente
y podemos llorar incluso, al sentirnos comprendidos.
Por último, F me dice que en alguna parte debe
existir una matriz espiritual.
IV.
Cuando F definió a la matriz espiritual como algo contundente y puro, yo sentí que él
había dicho algo verdadero.
Por lo mismo, no me molestó que se fuera, así como lo
hizo, pues sentí que me había dicho ya todo lo que podía decir, respecto a ese
tema.
Quizá no podría verbalizarlo, es cierto, pero
sentí que había entendido…
Y claro: eso era lo importante, me dije.
Luego me fui de aquel lugar.
Metería a ese F en mi cama sin pensármelo dos veces.
ResponderEliminarQuien és conocedor de la pureza tiene mil sombras detrás que queremos corromperle.
Y eso no es del todo justo.
Me ha gustado tu blog, te sigo
Gracias.
ResponderEliminarLe daré el dato a F, quien por lo demás cree aún en la justicia.