La escena
representa el techo de una casa. Debe existir una inclinación mínima. Puede
identificarse porque hay sobre él algunas cosas envejecidas. Una pelota de
fútbol, alguna prenda de vestir, unas botellas de plástico.
Sobre el
techo está Vian, sentado.
MARIO: (Mientras termina de subir al escenario) No era tan difícil subir…
VIAN: No.
MARIO: (Observando la casa vecina) ¿Desde cuándo
tienen piscina?
VIAN: No sé bien… creo que el año pasado la
terminaron.
MARIO: ¿No has ido nunca?
VIAN: ¿A esa piscina?
MARIO: Claro… ¿o no te han invitado?
VIAN: (Volteándose
hacia donde está M) No, no he ido… además es raro invitar… no somos niños…
MARIO: Pero la piscina esa tampoco es para niños…
VIAN: Sí, puede ser… pero tampoco somos tan amigos,
para ser sincero…
MARIO: Pero son amigos de tu hermano, y de Juan…
VIAN: ¿Y eso me convierte en su amigo?
MARIO: Claro… los amigos de mis amigos son mis
amigos… ¿no has escuchado el dicho?
VIAN: Sí, supongo que lo he escuchado… pero si es
por eso todos estaríamos más o menos vinculados… es decir, al menos todos por aquí
cerca… o los que alcanzamos a ver desde acá, al menos…
MARIO: No creo… o sea, hay amigos, claro… y
enemigos, pero también hay gente con la que te cruzas, simplemente…
VIAN: Con tus amigos también te cruzas…
MARIO: Pero yo me refiero a esos que no distingues…
esos que no ves envejecer.
VIAN: ¿Cómo…?
MARIO: Que no te das cuenta que envejecen, la gente
con la que te cruzas… o sea, esa es la ventaja, no verlos envejecer… solo pasar…
VIAN: Pero envejecen igual…
MARIO: Claro, pero no los ves… no sabes…
Vian se para
y da unos pasos, estirándose. Luego recoge la pelota y la mira.
VIAN: El otro día leía que los que saben nadar no
suelen tener miedo al agua…
Mario se
acerca a Vian y toma la pelota, con indiferencia.
VIAN: Y claro… los que tienen miedo al agua, en su
gran mayoría, son personas que no saben nadar…
MARIO: Yo creo que es al revés…
VIAN: ¿Cómo…?
MARIO: Quizá porque saben nadar han perdido el
miedo al agua… y porque no saben nadar, le temen…
VIAN: Pues yo creo que estás demasiado lógico, como
para estar en un techo…
MARIO: (Alegre)
Si… puede ser… pero así y todo suena correcto, ¿no crees?
VIAN: Sí… el sonido sí… igual que lo de los amigos,
pero no siempre funciona…
MARIO: Lo que pasa es que no te conviene que
funcione…
VIAN: ¿A qué te refieres?
MARIO: Si la lógica funciona y resulta correcta,
casi toda la vida estaría equivocada…
VIAN: ¿Y por qué mi vida estaría equivocada…?
MARIO: No dije tu vida, sino “la vida”… piénsalo un
poco como la frase de los que nadan…
VIAN: No te entiendo…
MARIO: Piénsalo así: “los que tienen miedo a la
vida no saben vivir”… ¿qué pasa si sale ese estudio?
VIAN: Pues si sale habría que explicar qué
significa primero “saber vivir”…
MARIO: Eso se explicaría por la frase inversa: los
que no tienen miedo a la vida, saben vivir… es decir, vivir bien sería no
tenerle miedo a la vida…
Vian parece
molestarse, e incomodarse un tanto.
VIAN: ¿Sabes…? Pensé que ibas a subir para otra
cosa… este espacio no es para pensar ni discutir ni hacer juegos de palabras…
MARIO: ¿No subes a leer libros acá?
VIAN: No, no lo hago… acá no subo nada, salvo yo
mismo… y hasta trato, en lo posible, de no pensar en nada…
MARIO: Pues peor para ti… estás igualito que esa
pelota, o que esas botellas… te vas a secar acá arriba.
VIAN: Si lo dices con preocupación, créeme que no
es así… yo me seco más allá abajo… acá respiro, observo… Puede arecer extraño,
pero lo cierto es que disfruto abrir y cerrar los ojos, acá arriba…
MARIO: Ojalá sea así… y no creas que te lo digo de
mala forma… es solo que yo estoy aquí de paso, pero cuando tú hablas pareciera
que tu vida estuviese aquí… (Mario se acerca hasta donde esta Vian, cercano) No
te enojes y tómalo como el comentario de un amigo…
VIAN: ¿De un amigo o del amigo de un amigo?
MARIO: (Sonriendo y disponiéndose a bajar) Es lo
mismo… al final es lo mismo… debes ser más lógico, Vian.
Mario se
acerca al borde del techo para bajar, se agacha un poco aparentemente para
reubicar la escalera. Cuando lo hace, le da la espalda a Vian. Este último, entonces,
toma la pelota y la lanza con fuerza hacia Mario, quien pierde el equilibrio y
cae desde el techo.
VIAN: (Acercándose
hacia el sector donde cayó Mario, despectivo) No es
lo mismo, hueón… (Vian hace una pausa, mientras comienza a cerrarse el telón) No es lo mismo... y vivir es otra cosa.
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