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Hoy sin gracia.
Sueño atrasado e insomnio agresivo.
El mundo me escarba como los cuadros de Otto Dix.
Encuentro un pequeño gusano en mi frente y no es metáfora.
Considérese informado.
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Sigo sin gracia.
Casi a medianoche encuentro a un niño elevando un volantín.
Me quedo semidormido viendo un partido de fútbol.
Sueño a medias con un mundo rojo.
Me despierta una mujer que me avisa del gusano en la frente.
La mujer está de rojo.
Me recuerda un retrato de Otto Dix.
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Persevero en lo sin gracia.
La mujer de rojo dice llamarse Anita y no quiere vestirse.
Me cuenta que fue bailarina.
Yo le digo que olvidaré su historia.
Ella se ofende, pero sigue inmóvil.
El mundo entero está inmóvil.
Yo estoy sin gracia, pero debo seguir moviéndome.
Quiebro un vaso en mi mano, sin percatarme.
Pienso que así, (sin percatarse), algún día, se acabará el mundo.
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Asumo lo sin gracia.
No resulta tan terrible, después de todo.
En la escritura, por ejemplo, puedes jugar a que es tu estilo.
Poner “stop” tras las frases y simular telegramas.
Siempre habrá alguien a quien le guste aquello.
Hoy por ejemplo vi a una mujer paseando a un perro que fumaba.
El humo del tabaco subía directo hasta el rostro de la mujer.
Ella iba vestida de rojo y creía que yo tenía gracia.
Todo lo demás no vale la pena ser contado.
Apoyo la cabeza sobre el escritorio para dormir un rato.
Debo despertarme en 40 minutos.
Que el próximo día te resulte más feliz!
ResponderEliminarUn abrazo.
P.d
No visto de rojo.
No soy bailarina.
Pero pese a lo sin gracia, me ha gustado.
Stop.
Gracias...
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