martes, 18 de octubre de 2011

Un pequeño malentendido.

.

-¡¿Qué quieres decir con eso?! –me preguntó, sorpresivamente.

-¿Con qué? –atiné a decir.

-Con todo –me dijo, molesto- ¡Con toda esa mierda que vas diciendo por ahí, sobre mí, sin razón alguna…!

-¿Sobre ti?

-Sí, sobre mí… no te hagas el hueón.

-Pero si yo… -intenté decir.

-No quiero explicaciones, quiero romperte la cara… ¡te voy a hacer mierda…! ¡te voy a dejar la nariz metida en una oreja…!

-…

-¿Qué te pasa?

-…j… ja…

-¡¿Te estay riendo, hueón…?!

-Es que es chistoso…

-¡¿Es chistoso que te haga mierda la cara…?!

-Ja… no, eso no… pero la nariz en la oreja… ja,ja…

-¡¿Te estay burlando de cómo hablo, hueón…?!

-No, pero…

-Así que además de la hueá que anday diciendo, ahora te burlay de cómo hablo… ¡Vay a querer no haber nacido…!

-Ja,ja… como Cioran…

-¡¿Qué dijiste…?!

-Ja,ja… Nada, una hueá tonta no más, algo estúpido… ja…

-¡¡Repíteme lo que dijiste…!!

-Ja,ja… bueno… dije “como Cioran”…

-¿¿Y quién es ese conchesumadre…?!

-Era un rumano… ja,ja…

-¡¿Es chistoso que sea rumano, hueón…?! ¡¡Mi abuelo era rumano…!! ¡¿Te estay burlando de mi familia, hueón…?

Entonces el hombre pareció alterarse incluso un poco más y sacó una cuchilla, por lo que intenté ponerme un poco más serio.

-No… Cioran decía que era un inconveniente haber nacido, o sea lo decía en un libro… era filósofo…

-Para decir esa hueá no hay que ser filósofo… ¡eso lo estay inventando…!

-No, si es verdad… él decía eso…

-¿Y se mató el hueón ese, al final…?

-No. Siguió vivo, pero varios lectores de él se han matado…

-Mmm…

-¿Podrías bajar la cuchilla, por favor, a todo esto…?

Él la baja un poco, pero no la guarda.

-¿Cuándo decía esas hueás…?

-¿Qué… quién…? ¿Cioran?

-Sí, ¿cuándo escribió esos libros?

-No sé muy bien, creo que en los 70… a finales parece de esa década…

-¿Y para qué los escribió?

-¿Cómo?

-¡Que para qué los escribió...! No me hagay repetirte las hueás…

-Es que no entiendo la pregunta…

-¿Para qué iba a querer decir que la vida era una mierda…? ¿Eso es todo lo que dijo, acaso…?

-Mmm… si lo resumimos quizá sí, pero como que habló de varias cosas en que la gente cree y debiese no creer, o desestimar algunas sensaciones… o disfrutar del pesimismo…

-¡Eso es pura mierda! Además no te entiendo… ¿quién chucha puede disfrutar del pesimismo?

-No sé… supongo que es como dejarse ir por esas sensaciones, como dejar que te roben las cosas, o que sean absorbidas… como por un hoyo negro…

-¡¡No me vengay con hueás indecentes, maricón…!

-No… me expliqué mal… me refiero a que es como la vida es tan mala, mejor dejarse conducir hacia la muerte, o no oponerse al menos a esa idea, todo lo demás es tentación de existir…

-¿Y qué es eso…?

-¿La tentación de existir?

-Sí.

-Como otra idea, la creencia en que somos algo, el deseo de creer en nosotros, en nuestras propias ideas…

-¿Y eso es bueno?

-¿Según Cioran?

-Sí po, hueón.

-No. Para él no.

El hombre parece pensar un poco. Luego habla.

-¿Y por qué no se mató entonces?

-Porque decía que una vez nacidos ya era demasiado tarde, que era mejor dejarse ir hacia la muerte, despojándose de a poco de las cosas… creo que por eso le gustaban los vencidos, los que habían dado por perdida las cosas de antemano…

-Mmm… ¿sabís? Igual te voy a sacar la cresta, pero mi abuelo se mató…

-¿Tu abuelo? ¿El rumano?

-Ese… ¿creís tú que haya leído a Cioran?

-No sé…

-Se mató hace harto tiempo eso sí… ¿qué creís po, hueón? ¿leyó a Cioran?

-Es que no sé, ¿qué puedo decirte?

-Algo po hueón, es re fácil decir no sé, o no creer en algo… pero podís también buscar y preguntarte tú mismo: “Cian, ¿habrá leído a Cioran el abuelo de J.?

-¿Cian?

-Si po hueón, tú soy Cian y te tengo que sacar la cresta…

-Espera… no soy Cian, soy Vian…

-¡Es la misma hueá…!

-Claro que no… sería como decir que Vioran es igual que Cioran…

-¿Y quién mierda es Vioran?

-Nadie, pero te lo decía para explicar…

-Mmm…

El tipo parece deprimirse y guarda la cuchilla en un bolsillo.

-¿Qué pasa? –le pregunto.

-¿Y si Cian también es nadie?

-¿Cómo?

-Nadie po hueón… ¿qué pasa si le quiero sacar la cresta a un hueón que al final no existe?

-Pero tú dijiste que él había hablado mal de ti…

-Eso me dijeron, ¿pero si era una forma de explicar no más?

-¿De explicar qué?

-Como actúan los otros po, hueón… como si les hubiera dicho hueás malas de mí…

-Entonces tendrías que ver quién es el culpable…

-¿Y si al final soy yo? ¿Me tengo que sacar la cresta yo mismo?

-Si quieres me avisas y te ayudo.

Luego él me mira y debe calcular si debe o no enojarse, o simplemente cambiar el tono.

-¿A lo mejor no hay culpable? –le digo al final.

Y a él parece gustarle la idea, pues antes de irse sonríe un poco, y hasta me da un abrazo.

Medio tosco y sin práctica el abrazo, pero abrazo amistoso al fin.

4 comentarios:

  1. tic tac
    tic tac




    jajajajajaja

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  2. tic tac = estructura del diálogo...? no entiendo.

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  3. No, pánfilo, lo dejé ayer, porque estabas a contra reloj... es la onomatopeya de un reloj... qué poca gracia tiene ahora... arruinas mis comentarios.

    Me voy indignada.

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