-¡¿Qué quieres decir con eso?! –me preguntó, sorpresivamente.
-¿Con qué? –atiné a decir.
-Con todo –me dijo, molesto- ¡Con toda esa mierda que vas diciendo por ahí, sobre mí, sin razón alguna…!
-¿Sobre ti?
-Sí, sobre mí… no te hagas el hueón.
-Pero si yo… -intenté decir.
-No quiero explicaciones, quiero romperte la cara… ¡te voy a hacer mierda…! ¡te voy a dejar la nariz metida en una oreja…!
-…
-¿Qué te pasa?
-…j… ja…
-¡¿Te estay riendo, hueón…?!
-Es que es chistoso…
-¡¿Es chistoso que te haga mierda la cara…?!
-Ja… no, eso no… pero la nariz en la oreja… ja,ja…
-¡¿Te estay burlando de cómo hablo, hueón…?!
-No, pero…
-Así que además de la hueá que anday diciendo, ahora te burlay de cómo hablo… ¡Vay a querer no haber nacido…!
-Ja,ja… como Cioran…
-¡¿Qué dijiste…?!
-Ja,ja… Nada, una hueá tonta no más, algo estúpido… ja…
-¡¡Repíteme lo que dijiste…!!
-Ja,ja… bueno… dije “como Cioran”…
-¿¿Y quién es ese conchesumadre…?!
-Era un rumano… ja,ja…
-¡¿Es chistoso que sea rumano, hueón…?! ¡¡Mi abuelo era rumano…!! ¡¿Te estay burlando de mi familia, hueón…?
Entonces el hombre pareció alterarse incluso un poco más y sacó una cuchilla, por lo que intenté ponerme un poco más serio.
-No… Cioran decía que era un inconveniente haber nacido, o sea lo decía en un libro… era filósofo…
-Para decir esa hueá no hay que ser filósofo… ¡eso lo estay inventando…!
-No, si es verdad… él decía eso…
-¿Y se mató el hueón ese, al final…?
-No. Siguió vivo, pero varios lectores de él se han matado…
-Mmm…
-¿Podrías bajar la cuchilla, por favor, a todo esto…?
Él la baja un poco, pero no la guarda.
-¿Cuándo decía esas hueás…?
-¿Qué… quién…? ¿Cioran?
-Sí, ¿cuándo escribió esos libros?
-No sé muy bien, creo que en los 70… a finales parece de esa década…
-¿Y para qué los escribió?
-¿Cómo?
-¡Que para qué los escribió...! No me hagay repetirte las hueás…
-Es que no entiendo la pregunta…
-¿Para qué iba a querer decir que la vida era una mierda…? ¿Eso es todo lo que dijo, acaso…?
-Mmm… si lo resumimos quizá sí, pero como que habló de varias cosas en que la gente cree y debiese no creer, o desestimar algunas sensaciones… o disfrutar del pesimismo…
-¡Eso es pura mierda! Además no te entiendo… ¿quién chucha puede disfrutar del pesimismo?
-No sé… supongo que es como dejarse ir por esas sensaciones, como dejar que te roben las cosas, o que sean absorbidas… como por un hoyo negro…
-¡¡No me vengay con hueás indecentes, maricón…!
-No… me expliqué mal… me refiero a que es como la vida es tan mala, mejor dejarse conducir hacia la muerte, o no oponerse al menos a esa idea, todo lo demás es tentación de existir…
-¿Y qué es eso…?
-¿La tentación de existir?
-Sí.
-Como otra idea, la creencia en que somos algo, el deseo de creer en nosotros, en nuestras propias ideas…
-¿Y eso es bueno?
-¿Según Cioran?
-Sí po, hueón.
-No. Para él no.
El hombre parece pensar un poco. Luego habla.
-¿Y por qué no se mató entonces?
-Porque decía que una vez nacidos ya era demasiado tarde, que era mejor dejarse ir hacia la muerte, despojándose de a poco de las cosas… creo que por eso le gustaban los vencidos, los que habían dado por perdida las cosas de antemano…
-Mmm… ¿sabís? Igual te voy a sacar la cresta, pero mi abuelo se mató…
-¿Tu abuelo? ¿El rumano?
-Ese… ¿creís tú que haya leído a Cioran?
-No sé…
-Se mató hace harto tiempo eso sí… ¿qué creís po, hueón? ¿leyó a Cioran?
-Es que no sé, ¿qué puedo decirte?
-Algo po hueón, es re fácil decir no sé, o no creer en algo… pero podís también buscar y preguntarte tú mismo: “Cian, ¿habrá leído a Cioran el abuelo de J.?
-¿Cian?
-Si po hueón, tú soy Cian y te tengo que sacar la cresta…
-Espera… no soy Cian, soy Vian…
-¡Es la misma hueá…!
-Claro que no… sería como decir que Vioran es igual que Cioran…
-¿Y quién mierda es Vioran?
-Nadie, pero te lo decía para explicar…
-Mmm…
El tipo parece deprimirse y guarda la cuchilla en un bolsillo.
-¿Qué pasa? –le pregunto.
-¿Y si Cian también es nadie?
-¿Cómo?
-Nadie po hueón… ¿qué pasa si le quiero sacar la cresta a un hueón que al final no existe?
-Pero tú dijiste que él había hablado mal de ti…
-Eso me dijeron, ¿pero si era una forma de explicar no más?
-¿De explicar qué?
-Como actúan los otros po, hueón… como si les hubiera dicho hueás malas de mí…
-Entonces tendrías que ver quién es el culpable…
-¿Y si al final soy yo? ¿Me tengo que sacar la cresta yo mismo?
-Si quieres me avisas y te ayudo.
Luego él me mira y debe calcular si debe o no enojarse, o simplemente cambiar el tono.
-¿A lo mejor no hay culpable? –le digo al final.
Y a él parece gustarle la idea, pues antes de irse sonríe un poco, y hasta me da un abrazo.
Medio tosco y sin práctica el abrazo, pero abrazo amistoso al fin.
-¿Con qué? –atiné a decir.
-Con todo –me dijo, molesto- ¡Con toda esa mierda que vas diciendo por ahí, sobre mí, sin razón alguna…!
-¿Sobre ti?
-Sí, sobre mí… no te hagas el hueón.
-Pero si yo… -intenté decir.
-No quiero explicaciones, quiero romperte la cara… ¡te voy a hacer mierda…! ¡te voy a dejar la nariz metida en una oreja…!
-…
-¿Qué te pasa?
-…j… ja…
-¡¿Te estay riendo, hueón…?!
-Es que es chistoso…
-¡¿Es chistoso que te haga mierda la cara…?!
-Ja… no, eso no… pero la nariz en la oreja… ja,ja…
-¡¿Te estay burlando de cómo hablo, hueón…?!
-No, pero…
-Así que además de la hueá que anday diciendo, ahora te burlay de cómo hablo… ¡Vay a querer no haber nacido…!
-Ja,ja… como Cioran…
-¡¿Qué dijiste…?!
-Ja,ja… Nada, una hueá tonta no más, algo estúpido… ja…
-¡¡Repíteme lo que dijiste…!!
-Ja,ja… bueno… dije “como Cioran”…
-¿¿Y quién es ese conchesumadre…?!
-Era un rumano… ja,ja…
-¡¿Es chistoso que sea rumano, hueón…?! ¡¡Mi abuelo era rumano…!! ¡¿Te estay burlando de mi familia, hueón…?
Entonces el hombre pareció alterarse incluso un poco más y sacó una cuchilla, por lo que intenté ponerme un poco más serio.
-No… Cioran decía que era un inconveniente haber nacido, o sea lo decía en un libro… era filósofo…
-Para decir esa hueá no hay que ser filósofo… ¡eso lo estay inventando…!
-No, si es verdad… él decía eso…
-¿Y se mató el hueón ese, al final…?
-No. Siguió vivo, pero varios lectores de él se han matado…
-Mmm…
-¿Podrías bajar la cuchilla, por favor, a todo esto…?
Él la baja un poco, pero no la guarda.
-¿Cuándo decía esas hueás…?
-¿Qué… quién…? ¿Cioran?
-Sí, ¿cuándo escribió esos libros?
-No sé muy bien, creo que en los 70… a finales parece de esa década…
-¿Y para qué los escribió?
-¿Cómo?
-¡Que para qué los escribió...! No me hagay repetirte las hueás…
-Es que no entiendo la pregunta…
-¿Para qué iba a querer decir que la vida era una mierda…? ¿Eso es todo lo que dijo, acaso…?
-Mmm… si lo resumimos quizá sí, pero como que habló de varias cosas en que la gente cree y debiese no creer, o desestimar algunas sensaciones… o disfrutar del pesimismo…
-¡Eso es pura mierda! Además no te entiendo… ¿quién chucha puede disfrutar del pesimismo?
-No sé… supongo que es como dejarse ir por esas sensaciones, como dejar que te roben las cosas, o que sean absorbidas… como por un hoyo negro…
-¡¡No me vengay con hueás indecentes, maricón…!
-No… me expliqué mal… me refiero a que es como la vida es tan mala, mejor dejarse conducir hacia la muerte, o no oponerse al menos a esa idea, todo lo demás es tentación de existir…
-¿Y qué es eso…?
-¿La tentación de existir?
-Sí.
-Como otra idea, la creencia en que somos algo, el deseo de creer en nosotros, en nuestras propias ideas…
-¿Y eso es bueno?
-¿Según Cioran?
-Sí po, hueón.
-No. Para él no.
El hombre parece pensar un poco. Luego habla.
-¿Y por qué no se mató entonces?
-Porque decía que una vez nacidos ya era demasiado tarde, que era mejor dejarse ir hacia la muerte, despojándose de a poco de las cosas… creo que por eso le gustaban los vencidos, los que habían dado por perdida las cosas de antemano…
-Mmm… ¿sabís? Igual te voy a sacar la cresta, pero mi abuelo se mató…
-¿Tu abuelo? ¿El rumano?
-Ese… ¿creís tú que haya leído a Cioran?
-No sé…
-Se mató hace harto tiempo eso sí… ¿qué creís po, hueón? ¿leyó a Cioran?
-Es que no sé, ¿qué puedo decirte?
-Algo po hueón, es re fácil decir no sé, o no creer en algo… pero podís también buscar y preguntarte tú mismo: “Cian, ¿habrá leído a Cioran el abuelo de J.?
-¿Cian?
-Si po hueón, tú soy Cian y te tengo que sacar la cresta…
-Espera… no soy Cian, soy Vian…
-¡Es la misma hueá…!
-Claro que no… sería como decir que Vioran es igual que Cioran…
-¿Y quién mierda es Vioran?
-Nadie, pero te lo decía para explicar…
-Mmm…
El tipo parece deprimirse y guarda la cuchilla en un bolsillo.
-¿Qué pasa? –le pregunto.
-¿Y si Cian también es nadie?
-¿Cómo?
-Nadie po hueón… ¿qué pasa si le quiero sacar la cresta a un hueón que al final no existe?
-Pero tú dijiste que él había hablado mal de ti…
-Eso me dijeron, ¿pero si era una forma de explicar no más?
-¿De explicar qué?
-Como actúan los otros po, hueón… como si les hubiera dicho hueás malas de mí…
-Entonces tendrías que ver quién es el culpable…
-¿Y si al final soy yo? ¿Me tengo que sacar la cresta yo mismo?
-Si quieres me avisas y te ayudo.
Luego él me mira y debe calcular si debe o no enojarse, o simplemente cambiar el tono.
-¿A lo mejor no hay culpable? –le digo al final.
Y a él parece gustarle la idea, pues antes de irse sonríe un poco, y hasta me da un abrazo.
Medio tosco y sin práctica el abrazo, pero abrazo amistoso al fin.
tic tac
ResponderEliminartic tac
jajajajajaja
tic tac = estructura del diálogo...? no entiendo.
ResponderEliminarNo, pánfilo, lo dejé ayer, porque estabas a contra reloj... es la onomatopeya de un reloj... qué poca gracia tiene ahora... arruinas mis comentarios.
ResponderEliminarMe voy indignada.
un pequeño malentendido
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