lunes, 25 de mayo de 2020

Una última matrioshka.


I.

Ella era pequeña y estéril
como una última matrioshka.

Nada podía gestarse
en su interior.

Más bien,
no había diferencia
entre interior y exterior
pues ella era
una sola.

Pequeña y estéril
como una última matrioshka.


II.

Su expresión era una
también,
como pintada a mano.

Invariable y hermosa
como la estatua de un dios.

Como una máscara que no se hizo
para ser vista.

Como una máscara que se hizo
para ser usada
bajo otras máscaras.


III.

No podía huir de sí misma
de ninguna forma.

Nada salía de ella
y nada podía entrar.

Su alma de madera
dormida
en su cuerpo de madera.

Y aunque la amaran
nadie sabía distinguir
ciertamente,
entre una y otra.


IV.

Ella era pequeña y estéril
como una última matrioshka.

Ni nosotros
ni ella misma
teníamos acceso
a algo más.

Una casa sin entradas
nos parecía.

Incorruptible y hermosa.

Inhabitable y pura.


V.

Pudo ser triste, es cierto,
pero no lo fue.

Después de todo
un mundo sin vida
es también,
de cierta forma,
un mundo vivo.

Y ella
pequeña y estéril
como una última matrioshka,
se reveló entonces
como la única verdadera.

La que no era envoltorio
de algo más.

Incorruptible y hermosa.

Inhabitable y pura.

Mientras nosotros pasamos
por el mundo.

Mientras nuestra voz se escucha
y deja de escucharse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales