lunes, 4 de mayo de 2020

Frascos.

"Un frasco por día,
señor Hugues…
recuérdelo:
ese fue el trato"

El otro día me enteré
que todavía guardan los frascos
con los restos de uñas
de Howard Hughes.

En su testamento, de hecho,
dejó estipulado un monto
para que esos restos
fuesen almacenados
bajo cierta temperatura
y en condiciones especiales
durante poco más de siete siglos.

De hecho,
él mismo dejó esos restos ahí
al interior de frascos herméticos
y los almacenó con esmero
durante sus últimos años
sin explicar para qué.

No voy a reflexionar, sin embargo,
sobre la salud mental de Howard Hugues,
ni especular sobre un posible para qué
ni menos aún
cuestionar el uso o mal uso de ese dinero.

Después de todo,
Howard Hugues está muerto
simplemente,
como lo estaremos todos.

En este sentido,
lo único que encontrarán aquí
(de encontrar algo)
serán enunciados simples,
como ropas colgadas en ganchos
unas bajo otras,
y, de cierta forma,
dispuestas para nadie:

Howard Hugues.

La vida de Howard Hugues.

Las uñas de Howard Hugues.

La muerte de Howard Hugues.

Esas, bien podrían,
ser las prendas
de las que hablo.

Incluso, si hay tiempo,
puede usted reemplazar el nombre
y leerlas en voz alta
una y otra vez
como si todo aquello
fuese un mantra.

Por último,
vale la pena recordar
que los frascos suelen ser herméticos
solo hasta que alguien más
decide lo contrario.

Eso también,
sin duda,
es parte del trato.

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