domingo, 10 de mayo de 2020

Tres cosas que alguien dijo.


I.

Tú no entiendes…

Ellos se adhieren a la cumbre,
pero no son la cumbre.

O más bien,
se adhieren unos a otros
hasta alcanzar altura,
formando ellos mismos,
una cumbre hueca.

Puede ser válida, no lo niego,
no la desprecio…
pero yo busco otra cosa.

Yo pienso en algo que,
de cierta forma,
sea en sí mismo la cumbre.

Que por dentro y por fuera
sean cumbre…

Pero tú no entiendes.


II.

Todo seguirá estando mal
mientras pensemos que el cero
es un número.

Nada nombra, el cero.

A un hueón se le ocurrió, por supuesto
y lo dejó por ahí.

Como un escupo en la mitad de una recta
partiendo el infinito.

Como un escupo seco, me refiero.

Los que hablan de Dios,
del amor y hasta de la humanidad,
hablan también del cero.

Pobres hueones todos ellos.

¡Qué invento más burdo…!


III.

En el fondo quería preguntarle
una serie de cosas.

De hecho,
me acerqué hasta ella
únicamente para eso.

Preguntas importantes, me refiero
quería hacerle…

Trascendentales, incluso.

No sé por qué pensaba eso…
tal vez porque estaba borracho…
pero en ese momento estaba seguro
que ella tendría las respuestas.

Luego, por supuesto, ocurrió lo demás,
ya sabes…
las típicas palabras que se enredan
y al final uno termina en la cama
culeando porque no se nos ocurre,
en el fondo,
qué más hacer.

Así y todo,
me acordé de las preguntas
mientras estábamos ahí,
pero entonces pensé que ella
no tenía en realidad por qué saber,
y seguimos culeando no más
y no pregunté nada.

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