domingo, 24 de mayo de 2020

Un hombre con los zapatos al revés.


I.

Nos contaron de un hombre
que se ponía los zapatos al revés.

El izquierdo en la derecha
y viceversa.

Entonces esperamos para verlo
mientras hablábamos
y bebíamos cerveza
para matar el tiempo.

Esperábamos reír
cuando lo viéramos pasar,
pero lo cierto es que el hombre transmitía
más angustia que otra cosa.

Y es que al verlo caminar
podía notarse claramente
que le causaba dolor andar así.

¿Alguien ha hablado con él?,
preguntó uno de nosotros.
¿Alguien sabe por qué está haciendo eso?


II.

Había varias versiones,
pero lo cierto es que todas coincidían
en que el hombre
decía tener una razón para hacerlo.

Que hacía magia negra,
que debía pagar una manda,
que tenía una malformación en los pies…

La que parecía más probable
-o tenía más adeptos por lo menos-,
era aquella que señalaba que lo hacía
como una forma de pagar culpas,
aunque las versiones tampoco concordaban
sobre cuál era el hecho concreto
por el que se sentía culpable.


III.

Para salir de la duda,
semanas después,
uno de nosotros fue a hablar con él.

Sorteamos quién iría
y le tocó finalmente a un amigo
quien grabó el audio
de ese encuentro.

Escuchamos así
cómo nuestro le preguntaba
titubeando
el porqué de los zapatos de esa forma.

Le pregunto porque se nota que le incomoda,
dijo mi amigo,
se detiene cada cierto tiempo,
hace gestos al caminar…

De verdad disculpe que lo moleste,
pero pregunto por si puedo
además, ayudar en algo…

Luego, por supuesto,
venía la respuesta del hombre
que no comprendimos, ciertamente,
aunque la escuchamos
en varias ocasiones.


IV.

Uno de nosotros, tiempo después,
compuso incluso una canción
sobre aquella historia.

La letra es prácticamente igual,
a lo que está escrito
en la primera parte de este texto.

En lo personal,
la considero una bonita canción,
aunque parezca más profunda
de lo que realmente era.

Y es que lo cierto es que nunca
comprendimos nada
de todo aquello.

Y el hombre con los zapatos revés
no llegó a formar parte,
finalmente,
de quiénes éramos nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales