domingo, 17 de mayo de 2020

Estas cosas.


-¿Te conté que tuve un sueño raro el otro día?

-Parece que no… ¿qué soñaste?

-Era una historia enredada, pero el resumen, quitando un montón de cosas… es que soñé que era Papa.

-¿Frita?

-No, hueón… Papa de cura… de la Iglesia católica…

-¿Y eras el Papa de ahora o alguno de antes?

-No… Yo era Papa. Yo mismo. Me despertaba, dentro del sueño y era Papa…

-¿Y cómo era ser Papa?

-Era yo mismo, en el fondo… era como despertarse ahora y recordar que eres Papa… ver las ropas a un costado… ayudantes y guardias por todos lados… pero saber qué algo no corresponde… sentirse un poco como impostor…

-¿Y qué hacías como Papa…? ¿Qué tenías que hacer?

-No tanto, pero era extraño… Me bañaba, me vestía…. Eran hartas capas de ropas, pero yo sabía cómo iban… luego iba a una sala y me ponían otras cosas más… hasta el gorro ese largo que le ponen a los Papas…

-¿Y no decías nada?

-No… ¿qué iba a decir? Todos ahí estaban serios, aunque al hablarme se mostraban amables… respetuosos… Me marcaban el camino, simplemente, hasta que me dejaron en ese balcón alto desde donde el Papa habla…

-¿Cuál balcón?

-¿Nunca has visto imágenes de un Papa desde un balcón, frente a una plaza con un montón de gente?

-¿En el Vaticano?

-Si po, hueón, en el Vaticano. Si yo era el Papa.

-Pues sí… puede que sí…

-El punto es que me dejan ahí, frente a un micrófono y junto a unos guardias… y yo tenía que decir unas palabras a la gente que estaba abajo, que me saludaban levantando las manos…

-¿Una multitud…?

-No tanto… la verdad es que la plaza estaba un poco vacía, pero se veía gente igual, como en grupos…

-¿Y qué les decías?

-Primero nada… Me quedé callado frente a ellos, mientras saludaban, hasta que me pasaron una carpeta con un discurso, pero al final venía una hoja prácticamente en blanco… De hecho, venía una pura palabra en la hoja…

-¿Una palabra?

-Sí. Salía debajo de la hoja la palabra “amén”, como en el final de las oraciones...

-¿Y la dijiste?

-No quería decirla… porque pensaba que si la decía yo iba a pasar a ser Papa, como que iba a tener que aceptar eso… y entonces iba a dejar de acordarme quién era yo e iba a pasar a creer otras cosas.

-No la dijiste entonces…

-No me acuerdo… no creo… Además, me parece que fue entonces cuando desperté y vi que estaba atrasado…

-¿Y ese fue el sueño entonces?

-No po… ya te dije que había más, pero eso era lo del Papa… Y ese sueño llegó hasta ahí, porque me desperté y vi que estaba atrasado…

-¿Nada más?

-Nada más. Me tuve que levantar rápido, poner la ropa del trabajo y me vine para acá… Llegué unos minutos tardes, pero nadie lo notó.

-No hay más sueño…

-No. No hay.

-Pues no me molesta… no creas eso, pero la verdad es que no sé para qué me cuentas estas cosas…

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