sábado, 30 de mayo de 2020

Al final es como tú dices.


Al final es como tú dices,
pero antes te equivocas en todo.

Como ese perro chico, ¿te acuerdas?,
ese que tenía una chasquilla que le tapaba los ojos,
y se golpeaba con las cosas,
pero al final llegaba donde quería ir.

Siempre has sido un poco como ese perro.

Y si viviésemos siempre en el final,
o eso compensara todo,
tal vez estaría bien.

Pero resulta que ahora mismo, por ejemplo,
somos parte del momento en que te equivocas en todo
y vas botando cosas mientras avanzas
con la chasquilla sobre los ojos
y lo cierto es que me importa cada vez menos
que al final llegues donde querías,
o coincidamos incluso en un mismo final,
o lo que sea.

Disculpa que te lo diga así,
pero no puedo ocultar que me molesta.

Y es que no eres consciente que esto
es en verdad el antes.
No el presente como tú dices,
sino el antes del momento en que todo estará bien.

Y casi siempre es antes, si lo piensas.

Casi siempre es el momento
en que te equivocas en todo.

Nuestra vida entera
se hace antes del final.

No sé si te has dado cuenta,
pero lo que quiero decir,
para cerrar,
es que el final apenas
es esto.

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