martes, 28 de mayo de 2019

Sed de Buddy Bolden.


I.

No hay grabaciones de Buddy Bolden.

No oficialmente, al menos, pero yo una vez escuché una.

Cualquiera podría hacerlo, pero tendría que esforzarse.

Y tener la sed, por supuesto, de escuchar a Buddy Bolden.


II.

Documentos oficiales tampoco hay muchos.

Las notas del hospital donde estuvo internado por 24 años apenas suman 4 páginas.

Cinco líneas cada año, en las que simplemente se confirmaba el diagnóstico.

A eso se redujo Buddy Bolden.


III.

Una vez supe que, por tradición, una agrupación de músicos de Luisiana, libera a un interno siquiátrico cada cuatro años.

Lo ayudan en su fuga y le enseñan a tocar la armónica y si es posible la trompeta.

Luego lo hacen parte del grupo y lo llevan a gira hasta que el tipo se aburre o mata a alguien.

Todo por haber dejado morir encerrado a Buddy Bolden.


IV.

Lamentablemente, pensaba hoy, nadie tiene sed de Buddy Bolden.

Y aceptamos sin más cuando nos dicen que su música se perdió y no hay grabación alguna.

Planificamos con anticipación hasta las propias emociones, y compramos con tiempo, cada una de nuestras tumbas.

El jazz mismo, incluso, que parecía eterno hoy está tibio y a medio enterrar.

Nadie tiene sed de Buddy Bolden.

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