sábado, 25 de agosto de 2018

Qué es lo que es.


El refrigerador de casa de M. puede hacer nieve.

Incluso lo promocionan así, aunque nadie diga para qué sirve justamente aquella gracia.

La madre de M. lo compró en varias cuotas y ahora está en casa.

El refrigerador, por cierto, es el que está en casa.

La madre de M. trabaja todo el día y M. queda solo, con el refrigerador.

Tiene una sección en la parte delantera, por donde puede salir nieve.

También pueden salir cubos de hielo, pero a M. le interesa la nieve.

Lo malo es que entrega poca.

Hay que llenarlo de agua y se demora bastante en entregarte apenas un vaso.

Y no se puede hacer un muñeco de nieve con un vaso de nieve.

No suena posible, al menos.

A pesar de eso, M. consigue reunir un par de vasos y comenzó a modelar algún muñeco.

Uno pequeño, por supuesto, sobre el mesón de la cocina.

No quedó muy bien, pero al menos se nota qué es lo que es.

Eso piensa M. mientras lo mira y desea ser pequeño.

Pequeño para poder igualar en tamaño a aquel muñeco y jugar en grande, con la nieve.

O mejor aún, no ser pequeño, pero que el refrigerador fuese gigante y él pudiese llenar la casa, entonces, con aquella nieve.

Mientras se derrite su muñeco, piensa en eso.

Luego tendrá que secar con un paño, el mesón, antes que llegue su madre.

No le confesará que intentó hacer un muñeco, por supuesto.

Esa es otra de las cosas, por cierto, que M. nunca confesará a su madre.

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