domingo, 19 de agosto de 2018

Bambú.


De un día para otro en el patio de mi casa comenzó a crecer bambú.

Parece mentira lo rápido que crece.

A veces me asusto pues pienso que ha pasado un día extra, sin que me diese cuenta.

Además, como he estado con fiebre, digamos que me confundo un poco al mirar por la ventana.

Por ejemplo, hace unas horas, me pareció ver un panda caminando por el patio.

Un panda que llegaba hasta el bambú, por supuesto, y que comía unos bocados.

Pero claro, como estaba con fiebre, debo haber visto un gato, tal vez, o simplemente mi imaginación me jugó una mala pasada.

De todas formas, para distinguir lo que ocurre, he cortado un poco de bambú y lo tengo ahora entre mis manos.

Lo corté con un cuchillo grande, de cerámica, que ha quedado manchado.

Mientras escribo, observo el bambú como si fuese un símbolo.

Un símbolo cuyo significado ya he olvidado.

Mientras, en el patio, aquello que parece un panda ha comenzado a romper cosas.

Tiene una herida de cuchillo, bajo uno de sus brazos, y se mueve torpemente.

Tal vez, pienso ahora, el verdadero símbolo sea el panda ese.

O tal vez yo mismo.

Aprieto el bambú, entonces, con una de mis manos, como si me aferrase a una única verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales