Leo una carta de Wingarden a su ex esposa, a quien
no veía desde hacía ya catorce años. Aparece íntegra en un pequeño estudio que
la UNAM ha editado sobre la correspondencia del que fuera, entre muchas otras
cosas, uno de sus profesores más prestigiosos. Así, en una sección final donde
se encuentran escritos clasificados fuera del ámbito académico, me encuentro
con este texto donde Wingarden le habla a su ex pareja sobre el perro Snoopy,
del programa animado de tv de Charlie Brown, tras siete años de no tener
comunicación con ella. Puede sonar extraño, pero así es justamente como
comienza su carta: “Te escribo porque estuve viendo un film de Snoopy, y
descubrí que aquel perro es el personaje más sabio que conozco”. Posteriormente,
Wingarden recrea una escena de la serie que lo lleva a resaltar la figura de
aquel perro, concluyendo que su sabiduría consiste en mantener su distancia y su
silencio respecto a aquello que lo rodea. “Quizá no lo entiendas, pero es
hermosa esa indiferencia (…) Esa falta no solo de palabras, sino hasta de
ladridos (…) Ese perro sabe lo que hace: en vez de enterrar sus huesos él deja
lo más valioso a la vista de todos… y de esa misma forma se expone ante todos…”.
Sigue entonces Wingarden hablando de colores… de gestos… y hasta de
comparaciones que de cierta forma me conmueven: “tiene la sabiduría silenciosa
del alfiletero… un ser objeto tendido sobre su casa… ni en el hogar ni en el
mundo… sino en sí mismo…”. Por último –entiéndase aquí diciendo que mis palabras
son apenas un esbozo-, el autor de la misiva le invita a ver aquella serie y se
despide de manera abrupta, sin dar mayor explicación sobre esos años sin comunicación:
“Intenta verlo en silencio. Ojalá sola. Quizá hasta te sirva para aprender a
estar sola y ser un poco alfiletero (…) cerrar los ojos sobre la casa, ya sabes.
Eso te quería decir.” Así termina la carta. Es la última del libro, por cierto.
Eso les quería contar.
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Me encantó lo de la comparación con un alfiletero...qué profundo!
ResponderEliminar=)