jueves, 24 de julio de 2014

Correr tan, pero tan rápido.



-Corrí tan, pero tan rápido, que de pronto miré hacia atrás y me vi a mí misma, corriendo…

-Eso es mentira.

-Puede ser, pero es verdad que corrí rápido y que miré hacia atrás y que me vi a mí misma.

-No te creo.

-No creas. Vas a perder tú. Lo mismo le pasó a mí misma cuando iba atrás y me vio voltear y no quiso creer que la de adelante era ella misma…

-¡Más mentiras…!

-Por eso yo soy más rápida. Porque creo. Y una se hace más liviana cuando cree y casi vuela…

-No me estás escuchando.

-La gente debería probar eso. Llegarían antes a casa, desde el trabajo, y podrían esperarse con algo listo para comer, o con alguna sorpresa…

-¡Es ilógico…!

-Además el que no cree llega siempre al último, porque es más pesado… y claro, cree que llega a tiempo, pero en realidad siempre está llegando tarde…

-¡Estás hablando sola…!

-No es cierto… estoy hablando con la otra tú que va delante… tú solo escuchas ecos, y confundes las voces con los ecos…

-¡No te escucho…!

-Por eso te acercas a hablar con otros y solo son cáscaras vacías… cajas de resonancia para el eco de la voz del que va delante… pesadas cajas de resonancia…

-¡Estás loca…! ¡No quiero que vuelvas a hablarme!

-No te hablo a ti, no te preocupes… Incluso el eco te va a dejar de llegar en poco tiempo…

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