miércoles, 16 de julio de 2014

Algo así como el principio antrópico.



-Sucedió cuando fui por primera vez al estadio. Antes siempre veíamos los partidos por televisión, pero esa vez mi papá nos llevó al estadio. Yo era chica y apenas entendía el fútbol, pero estaba entusiasmada porque creía que iba a salir en televisión…

-¿Por qué en televisión…? No entiendo…

-Es que transmitían el partido, por la tele. Y siempre que yo los veía me fijaba en la gente del público… y quería verme entre ellos, en la pantalla…

-¿Pero cómo ibas a verte si ibas a estar en el estadio?

-Le pedí a un primo que me grabara el partido, en VHS… Ellos tenían un videograbador en esa época y yo quería verme aparecer en tv, no sé bien para qué…

-¿Y qué pasó?

-Pasó que fuimos al estadio y yo estuve todo el tiempo atenta por si veía cámaras… y bueno, mi primo grabó el partido y me prestó el video para verlo.

-¿Y después?

-Nada. Vi el video varias veces y no ocurrió nada. Es decir, había enfoques al público… estaba lleno ese día, pero de igual forma no aparecía yo por ningún sitio, era imposible reconocerme en la multitud…

-Pero no entiendo aún… ¿por qué dices que fue esa vez…?

-Porque lo fue. Viendo el video comprendí que Dios no existía. No para mí, al menos, como individuo. O sea, Dios no me podía ver a mí, a diferencia de los otros… Yo era indistinguible, y pensé que si Dios me veía simplemente como una mancha o como una parta indistinta de un todo, no valía la pena…

-No creo que hayas pensado aquello en ese entonces…

-Puede ser que no con esas palabras, pero lo pensé… aunque también pensé varias otras cosas… Por ejemplo, pensé que en realidad no existía… que no salir en la tele demostraba que yo no existía… que nunca había ido al estadio, incluso… que me inventaba todo, incluso mi propia existencia…

-Es imposible que hayas pensado eso… debes haber sido pequeña…

-Lo era, supongo, pero también supongo que es así como funcionan estas cosas: o te inventas por qué creer en Dios, o te inventas cómo dejaste de creer en él… o hasta cómo existes…

-Tampoco creo que creas eso.

-Pues no lo creas, entonces… Tal vez no creer sea algo contagioso…

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