sábado, 12 de julio de 2014

Casi Eróstrato / Casi Empédocles



-Salí dos años con una bomba atada al cuerpo –me dijo-. Dos años buscando aquello que podía llevarme a la inmortalidad, si era destruido… Busqué catedrales, sedes de gobierno, monumentos históricos… Todo parecía ya haber sido destruido… Todo había sido despojado de su importancia… Ni siquiera hacer explotar a personas podría lanzarme a la fama… Concluí entonces que era imposible, en nuestra época, pasar a ser inmortal… Me dije que Eróstrato tuvo suerte, simplemente, de haber nacido en aquella época… Simplemente suerte…

-¿Y fue entonces que…?

-Sí, fue entonces que viajé en busca de la antigua estatua de Eróstrato… Sabía que no me haría inmortal el destruirla, pero al menos era una especie de revancha… Un ciclo incluso, que debía cerrarse… Pero claro, fue en Grecia, cuando estaba a punto de explotarla que me di cuenta que la supuesta estatua de Eróstrato representaba realmente a Empédocles… Un pequeño detalle, sabes… uno que solo me di cuenta a partir de la indagación sobre el incendiario y que no correspondía con la otra estatua… ¿Te das cuenta? Más de dos mil años confundiendo a uno con el otro, en Atenas…

-¿Dijiste que representaba a Empédocles?

-Sí… y así lo hice saber al ministerio de cultura griego, que demoró cerca de seis años en validar mi teoría…

-¿Ese fue el tiempo que viviste en Grecia?

-Así es… Me quedé siete años en realidad. Estudiando, dando vueltas… Al final me doctoré en cultura clásica.

-¿Con una tesis sobre Eróstrato…?

-No, para nada… Con una tesis sobre Empédocles. Trabajé principalmente acerca de su vínculo con Parménides y la idea de que la luna no tenía luz propia, sino que la reflejaba de otro sitio… o de otra esfera…

-¿Él fue el que descubrió eso?

-Claro… de hecho también dijo que el sol reflejaba la luz de otro sitio… y eso fue lo que me interesó… Me refiero a que justamente lo que creemos ser propiedad esencial de algo es en realidad reflejo de otra cosa… de otro ser…

-¿Y entonces ya no valía la pena explotar nada…?

-Claro… era como querer apagar la luna y darse cuenta que ni siquiera estaba encendida…

-Espera… ¿puedo preguntarte otra cosa…?

-Claro.

-¿Qué hiciste con la bomba?

-¿Con la bomba?

-Sí… ¿la explotaste finalmente…?

-No. No la exploté, pero la guardo de todas formas.

-¿Y no…?

-No... Y deja mejor de pensar en eso. Ya te dije que no valía la pena.

-Pero…

-No lo pienses.

-…

-No lo vale.

1 comentario:

  1. La búsqueda de la verdad tiene más fuerza y mérito que el impulso de destrucción, más aún cuando solamente se hace por el afán de fama., Quizás la bomba que sigue portando le sirva como recordatorio de nuestra propia mortalidad.
    =)

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