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Amor:
Anoche no quería hablar. Estaba acostada y pensaba
en eso: en que no quería hablar. Pensaba en que de haber estado juntos yo no
habría querido hablar y habría tenido que enojarme para que respetaras eso. O
para no tener que explicarlo, más bien. No sé si te ha pasado. Es incómodo.
Además no es un problema que se pueda plantear ya que no se puede plantear sin
palabras. Es tonto. De todas formas, si me hubieses hablado no habría
respondido. Qué bueno que no estuviste aquí. Qué bueno que no estás. Siento que
nos comprendemos mejor de esta forma.
Un beso.
Sole.
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Amor:
Recibí tu mensaje. Yo también me siento cómodo, a
la distancia. No te enojes, pero es así. De hecho, acordé quedarme una semana
más, mientras capacitan a la gente nueva, en la oficina. Anoche lo hablamos…
había mucho qué hacer y estuvimos hasta tarde. Solo entonces vi tu mensaje y
decidí contestarlo hoy, más tranquilo. ¡Ah! Se me olvidaba… en el hotel me
pasaron un cuarto donde hubo un asesinato. Hace varios años, claro. Un hombre llamó
a la puerta, sacó una pistola y disparó. O así me lo contaron, al menos. Nunca
descubrieron el motivo. Casi toda la noche pensé en eso. En que alguien llamaba
y yo abría y ese alguien disparaba. Así de simple. ¿Te das cuenta que todo
puede acabarse de esa forma? Me refiero a que la gente es así, sobre todo si
tiene un revólver. Luego se excusan en las penas de amor o en el dinero, o en
el trabajo… pero lo cierto es que disparan simplemente por tener el revólver. O
por eso y por el hastío. Nada más. Debiésemos escribir esa regla en grande, si
nos casamos: Prohibidas las pistolas, en nuestro dormitorio. Ojalá estés de
acuerdo. Nos vemos pronto.
Un abrazo.
Marcos.
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Querido:
Estos días he estado pensando. Saqué tus cosas de
las repisa y las puse sobre la mesa para recordarte mejor. Luego miré el cuarto
y me gustaba cómo se veía. O sea, eran mis cosas, nuevamente. Puede sonar
egoísta, pero es lindo un espacio propio. No quise avanzar en esos
pensamientos, pero entonces vi tu mensaje. Leí que también estabas cómodo en
soltario y noté que mezclabas la idea de nuestro dormitorio con la sensación de
hastío. Lo más extraño es que no me afligí. Es algo que está bien, pensé. Hoy vamos
a salir a bailar con las primas de la Montse. Me corté el pelo a la altura de
los hombros. Yo creo que me veo más joven. Cuéntame cuándo vuelves.
Cariños.
Sole.
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Sole:
Ocurrieron una serie de complicaciones en la
oficina. El jefe que queda acá no conoce ni los procedimientos más básicos. Igual
no tiene sentido que me quede mucho más, pero decidí aplazar un par de días. Ya
no estoy en el hotel. Me cambié a una residencial que está un poco más lejos
del centro. Estoy en un cuarto que me recuerda a una película de Godard. Una en
que un boxeador repetía todo el tiempo que iba a destrozar a Tiger Jones. Creo
que la vimos juntos, ¿te acuerdas? Nos reímos harto porque la finas el boxeador
que decía eso era justamente Tiger Jones. La vida es un poco eso, ¿no crees?
Combatir contra uno mismo, me refiero.
Dime si quieres que vuelva o solo vaya por las
cosas.
Con afecto.
Marcos.
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Marcos:
No es definitivo, pero guardé tus cosas en los
bolsos que llevas al gimnasio. Cupo casi todo. Yo pensé que iba a ser mucho
más. Uno siempre piensa que tiene más de lo que tiene. Como esas agendas
grandes que luego uno no sabe ni cómo llenar.
¿Te acuerdas de la Susi? Hoy en la tarde me invitó
al teatro, pero al final fuimos al cine. Fue una decisión trivial, pero le di
vueltas al asunto. Ella dijo que en el teatro uno interpreta un papel, pero que
en el cine eso ya se ha interpretado. Para bien o para mal, pero la apuesta ya
ha terminado, creo que dijo. Yo pensé que tenía razón.
Creo que será bueno que habláramos acá, pero en un lugar
neutro, luego de que te llevaras tus cosas. Por o mismo, te pido que no te
enojes, pero avísame para no estar.
Déjale después tus llaves al conserje.
No deposites el dinero de este mes.
Que todo esté mejor en tu trabajo.
Sole.
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Sole:
Acá están las llaves. Bueno, es obvio, debes estarlas viendo. Cerré el sobre porque no era el conserje de siempre. Tengo el número de siempre por si deseas hablar.
Te dejé la película de Godard sobre la mesa de la cocina. (Esa del boxeador).
"Voy a destrozar a Tiger Jones"... ¿te acuerdas...?
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