-¿Y ahí termina?
-¿Qué cosa?
-Todo po, o sea, la fruta, en este caso…
-No te entiendo.
-Pregunto si al final de la fruta está el cuesco…
-¿Cómo “al final”…?
-Al final po, hueón… al centro…
-Es que no es lo mismo po, hueón…
-¿Cómo…?
-Que no es lo mismo po, hueón… ya te dije, un cuesco no está al final de nada…
-Claro que está al final po… si te comís el resto está al final po…
-Pero estaría al final pa ti po, hueón… no pa la fruta…
-Pero si los finales son pa los humanos no màs po hueón… las frutas ni saben…
-¿Qué ni saben…?
-Ni saben po, hueón…
-Pero ¿qué es lo que no saben po…?
-Lo del final po… las frutas son no más po… y no terminan…
-Pero si tú mismo hablaste del final…
-Pero justamente pa decir lo otro…
-¿Cómo…?
-Lo otro po hueón, o sea, si una fruta termina en el cuesco… termina en el principio…
-Y entonces no termina.
-Claro po, hueón…
-¿Y entonces por qué no decís eso y te ponís en cambio a hablar raro…?
-Pa que lo digay tú, po hueón… esa es la gracia…
-¿Y qué más te hubiera gustado que dijera…?
-¿Cómo…?
-Si teníay acaso una trampa pa que yo dijera otra cosa… como comparar el cuesco con el corazón de uno o algo así…
-No… esa es cuestión tuya no más… además no creo…
-¿Qué cosa…?
-Nada… no creo, no más… dejémoslo así.
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