Alguien inventó las tijeras.
Nadie duda de eso.
De hecho,
puedes dudar incluso
que alguien creara el sol,
o el universo,
pero nadie pone en duda
la necesidad de invención
de las tijeras.
Y claro…
eso las hace simples,
y hasta me entrega confianza
para introducir tranquilo
mis dedos en ellas
y sentir entonces que está en mí
la posibilidad de manejarlas
a mi antojo.
El mundo, en cambio,
el universo,
y hasta los otros,
son cuestiones más difíciles
de manejar…
e incluso,
no es tan simple
tener confianza
en todos ellos…
Suena extraño, claro,
pero en el fondo
esa es una de las cosas
que permanecen…
Me refiero a las cosas firmes,
a los hechos…
y en definitiva,
a todo aquello que va tomando forma
y que algún día,
permaneciendo,
se romperá.
Por eso,
de existir o un Dios
al final de todo esto,
estoy seguro que ese Dios
tiene esencia de tijera…
Y claro…
hasta sonido de tijeras
cuando su voz
se escucha
sobre nosotros,
junto al trueno.
No quieras entonces,
Dios mío,
soltarte de mis manos…
Dios filoso,
metálico,
dame una señal entonces,
para saber que el momento
en que debes empezar a actuar
ha llegado.
Y es que alguien te inventó
y te puso en mis manos,
Dios mío…
Nadie duda de eso.
Sacarán entonces las cruces de las tumbas
y llegará tu reino…
Y alguien dirá,
entonces,
entonces,
escondido tras un árbol:
ese hombre ya no existe.
Vian que balsámico! Sobrecogedora me resulta hoy, esta entrada/post tuyo. Pocas cosas hay mas certeras que las tijeras (estas tijeras, las que mencionas aquí).
ResponderEliminarGracias...
EliminarNo me gusta ese dios filoso, se parece mucho a lo que los hombre vengativos llaman justicia.
ResponderEliminarUn abrazo
A mí me incomoda un poco, lo admito... pero me llama también...
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