jueves, 31 de enero de 2013

Dioses que te abandonan y Dioses que te salvan.


-Siempre hay de los dos –me dijo-. Me refiero a Dioses, claro, Dioses de esos que te abandonan y de esos otros que te salvan…

-¿Dioses?

-Claro… Dioses… -repitió-, aunque si llegas a escribir algo sobre esto asegúrate de ponerlos con mayúsculas… ya que hablamos de Dioses en los que creemos incuestionablemente… identificables… por eso nos abandonan.

-No te entiendo… ¿nos abandonan porque los identificamos?

-No… no es eso. Nos abandonan porque son externos a nosotros, son ellos en sí mismos… por eso son Dioses, por eso son independientes…y por eso se escriben con mayúsculas…

-Pues sigo sin entender…

-Lo sé… -agregó, sonriendo-, es que suena complejo, pero me refiero simplemente a que todo aquello en que crees, y que descubres de pronto que no es parte de ti mismo, se convierte en un Dios… y claro, digamos que es justamente al hacer este descubrimiento, cuando ellos te abandonan… porque la mayúscula los separa de ti, ¿me entiendes…?, o sea… indica que no están en ti… que no te acompañan… y que en última instancia, entonces, no te pertenecen.

-¿Y entonces vendrían los Dioses que te salvan?

-No, no es cuestión de equilibrio, ni de causa consecuencia… es decir, no es tan simple… los Dioses que te salvan no te salvan precisamente del abandono…

-Y entonces… ¿de qué te salvan?

-Es que ese es el problema… está mal usada la idea de salvar… Es decir, nadie “salva de”, sino que salva simplemente, o “te salvan”…

-Mmm…

-¿Mmm qué…? ¿Sigues sin entender?

-No sé… pero dime: ¿esos Dioses también se escriben con mayúsculas?

-Claro… por algo “te salvan”, ¿no entiendes…?, hacen una acción… de hecho, si comprendes realmente lo que quiero decir, te darás cuenta que ambos Dioses son en el fondo los mismos…

-¿Los mismos?

-Sí, los mismos…

-Pero entonces… ¿el abandono y la salvación no serían, en parte, también lo mismo?

-No... -concluyó-. o no directamente, al menos.

Ambos guardamos silencio, un momento.

-Mmm… Dioses que te abandonan y Dioses que te salvan… -dije por último, en voz alta.

-Eso es… mejor decirlo sin pensar…

-Sí… como que alivia, de esa forma, un poquito…

1 comentario:

  1. Nos abandonan porque los inventamos y ya no nos acordamos. !Sálvese quien pueda!

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