Ante todo, aclaro que nombro primero al hombre
elástico porque fue él quien comenzó el problema, con un comentario
desafortunado.
-Ser invisible no es lo mismo que ser transparente…
-dijo, mientras almorzaban.
-¿Me estás acusando de algo…? –replicó la mujer.
El hombre elástico guardó silencio.
-Puede sonar irónico –continuó ella-, pero siempre
le estás quitando el cuerpo a las cosas…
-…
-¿Lo ves?
-¿Qué cosa?
-Esta misma conversación… -explicó ella-, cuando
algo te molesta, o no quieres hablar, simplemente haces como que estás en otro
sitio… y comienzas a alejarte…
-Yo solo alargué el brazo para traer la sal… ¿a eso
te refieres?
-Sabes que hablo de otra cosa… ¿acaso no escuchas
mis palabras?
-Quizá sean invisibles… -murmuró él.
-Pues llegará el día en que las necesites… y cuando
ese día llegué ellas no estarán ahí y yo tampoco…
Él comió un poco más, desde su plato… pero lo
cierto es que se encontraba muy molesto.
-¿Sabes…? –dijo entonces él-. Puede que llegue ese
día… pero no será muy distinto a los otros… ¿no has pensado que nunca sabré si
estás invisible, o si te has añejado de forma definitiva…?
-Lo sabrás… -dijo ella-. Lo sabrás igual que sabes
ahora aunque finjas que yo estoy ahí, y le hables a la cama vacía…
-¿Eso es realmente lo que quieres?
-¿Te refieres a que me vaya…?
-Sí… ¿quieres eso?
-Si estuviera totalmente convencida ya lo habría
hecho –dijo ella-, aunque créeme… cada vez estoy más cerca… tú debieras hacer
un esfuerzo, ¿no crees?
-¡Claro…! Ahora vas a decir que expanda el corazón…
que también es un musculo… ¿no es eso?
-No. No es eso –dijo ella-. Aunque podría ser…
-¿Qué es lo que podría ser?
-Que te preocuparas por una vez de expandirte hacia
dentro… crecer de esa forma…
-¿Acaso está mal crecer hacia el mundo, hacia los
otros…?
-¡Tú nunca has hecho eso…!
-Lo he hecho… pero hacia los otros cuando son tangibles… no hacia esas personas que
dejan de estar en un lugar de un momento a otro…
-Que yo desaparezca no es que deje de estar en un
lugar…
-¡Claro que dejas de estarlo…! Cuando estás
invisible está claro que estás en otro mundo… rompes las reglas… ¿crees que se
puede amar a alguien así?
-Creo que sí… aunque observo que tú no puedes…
-Pues no puedo justamente porque pareciese que la
vida entera se me gastó en hacer estupideces…
-¿Se te gastó…?
-Sí, como un elástico… cedió tanto que hoy ya no
puede volver a su sitio…
-¿Y respecto a nosotros?
-¿Qué pasa con nosotros?
-¿Te has puesto a pensar que si nos definimos bien,
somos simplemente como un agujero junto a otro?
-¿Y eso es malo?
-Pues no sé si es malo… pero es desesperante… no
puede haber una relación e entre dos vacíos…
-Un vacío invisible y un vacío que cambia de forma…
y que amenaza siempre con más cambios…
-¿Lo ves…? No podrás decir después que querías
salvar algo…
-Es que es todo tan extraño, finalmente…
-¿Eso también es una ironía?
-No, es una verdad simple, nada más…
-Pues al menos en eso tienes razón –dijo ella,
sonriendo.
Él también sonrió.
Ambos estaban cansados.
-¿Podemos mejor aplazar esto…? –dijo él.
-Podemos –dijo ella.
Por último, entre ambos, recogieron los platos.
Suena a relación imposible, pero si se esmeran, él la podrá palpar si se estira un poco y ella comprenderá que tal vez pueda ser con él, un poco más flexible jajaja
ResponderEliminarUn abrazo.
p.d
extrañaba tus divagues! jejeje