"El origen de las especies, o
la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida".
Ch. Darwin.
Ch. Darwin.
Un tipo me
muestra unos recortes a mal traer sobre
una hazaña de su tatarabuelo. En ellos, puede leerse –apenas, pero se puede-, cómo
un pastor protestante holandés hizo uno de los más extraños viajes de que haya
tenido noticia.
¿Cómo explicarlo…?
Mmm…
digamos que tras leer algunos estudios –muy en boga en ese tiempo-, sobre la
población de las islas Galápagos, este pastor protestante quiso confirmar que
algunos de los animales de esta isla debieron haber sido creados directamente
en aquel lugar, pues era imposible que, con sus características físicas,
pudiesen haber venido desde otros sitios.
Es
decir, existían discusiones en ese entonces, que repercutían en el ámbito
teológico, a partir de las conclusiones que Darwin presentó respecto a la
población de estas islas… y claro… el pastor quiso demostrar por sí mismo que
esos seres fueron creados en ese lugar y que su migración desde otros sitios
resultaba totalmente imposible.
Así,
tras estudiar el peso y contextura física de las tortugas gigantes de
Galápagos, el pastor holandés no había encontrado nada mejor que, tras la
construcción de una serie de implementos, simular en sí mismo, las
características físicas de la tortuga y nadar, desde las costas más próximas hasta
esas lejanas islas.
-Por eso
sale con esa caparazón de tortuga en la espalda, –me dice el tataranieto,
enseñándome una foto borrosa.
Lo
triste del asunto, sin embargo, es que el pastor protestante sí logró,
finalmente, llegar a las islas.
Y claro,
digo triste porque esa hazaña jugaba en contra de su propia teoría, teniendo
que aceptar entonces la migración desde otras tierras, de estos animales) y que
habrían evolucionado, por ende, para poder facilitar ese viaje).
-Por eso
no sale muy alegre en las fotos –me explica finalmente, aquel hombre-. Es
decir, él hasta había publicado una especie de libro sobre la creación de
paraísos simultáneos… y tuvo que echar pie atrás, en su teoría…
-¿Paraísos
simultáneos…?
-Claro,
o algo así… hay una copia del libro en la casa de mi tío en la isla P… si te
interesa, como a dos horas de acá…
-Mmm…
-Por
otro lado –concluye el tataranieto-, cuando me cuentan la forma en que se
entrenó mi ancestro para su viaje, siempre me termino cuestionando por qué somos
nosotros mismos, en definitiva, quienes vamos a veces en contra de nuestras
propias creencias…
-Buen
punto–digo yo.
-Tal vez
era el primer maestro Roshi –dice mi hijo.
Luego vamos hasta el bote.
la contradicción es la mejor maestra
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