sábado, 19 de mayo de 2012

Vamos, Míster Bond; o ¿Hasta cuándo se puede comer un hueso?


“Vamos míster Bond,
usted encuentra tanto placer en matar
como yo”


-Ese perro es tuyo –dijo ella.

-Es nuestro –dijo él.

-¡Guau! –dijo el perro.

Y yo, que escuchaba a unos pocos pasos, le di en primera instancia la razón al perro.

-No vengas ahora a decirme que es nuestro –seguía ella-. Fuiste tú el que le puso el nombre, tú lo sacas a pasear, y hasta tú mismo le inyectaste las vacunas…

-Pero vive con nosotros –dijo él.

-Pero es un asesino… y hasta un violador… ¿no viste lo que le hizo al peluche que tú mismo me regalaste…?

-Esos son instintos… -alegó él-, no puedes esperar que el perro esté tranquilo todo el tiempo cuando vive en un departamento pequeño y apenas sale un rato en todo el día…

-Pues yo también vivo así, si lo recuerdas… y no ando destrozando animales y moviendo la cola como nada hubiese ocurrido…

-No exageres… además un peluche no es animal, es un objeto… Bond no es un asesino…

-¡Claro que lo es…! –gritó ella-. Mató y violó a Florencia…

-¿Quién es Florencia?

-El peluche… ¿no te acuerdas que le pusimos así porque se parecía un poco a mi prima…?

-Es cierto… qué absurdo lo de ponerle el nombre… dijo él en un tono más bajo.

-¡¿Qué dijiste…?! ¡¿Acaso no es igual que ponerle James Bond a un perro…?!

-Claro que no. Un animal necesita ser nombrado… -intentó explicar-. ¿No entiendes que es casi como tener un hijo…?

-¡Ese animal violador y pervertido nuestro hijo…! ¡Estás demente…! –gritó ella, comenzando a sollozar.

Él entonces suavizó un poco su postura y se acercó a ella. Ambos estaban nerviosos y el perro se había alejado unos cuantos pasos, estirando al máximo la correa.

-Yo quiero una solución –dijo entonces ella, mirándolo a los ojos.

-¿Una solución que nos permita seguir con Bond? –preguntó él.

-¿Tan importante es para ti? –señaló ella, con voz suave.

-No es que sea tan importante… pero Bond aún es un cachorro… ya verás que se calmará… Podríamos comprarle uno de esos huesos de goma para que muerda y no destroce nada…

-¿Huesos de goma?

-Sí… ¿no los has visto? Están hechos para que los perros los muerdan y gasten en ellos los dientes –explicó él-. Yo creo que podría ayudar a solucionar las cosas.

-¿No crees que eso lo volverá más agresivo?

-No, mi amor, para nada… Bond no es un asesino…

-¿Pero en las películas…?

-En las películas es el bueno… acuérdate…

-Pero igual es un asesino… ¿no es ese el que tiene “licencia para matar”?

-Bueno sí –dijo él, abrazándola-, pero nosotros somos los buenos… recuerda eso…

Entonces ellos se abrazaron brevemente y hasta se dieron un pequeño beso.

-Oye… -dijo luego la mujer, como si recordara algo- ¿Hasta cuándo se puede morder un hueso?

-¿Cómo…?

-Un hueso –dijo ella-. No de goma, sino de los otros, ¿cuánto le durará a un perro?

-Eh… no sé, realmente…

-¿Porque deben desgastarse, cierto…? O sea, parecen firmes y resistentes, pero deben terminar rompiéndose en algún momento, ¿no crees…?

-¿Los huesos?

-¡Claro…!

Él miró a su perro, hizo como si lo pensara, pero al final no respondió.

Yo, en tanto, estaba a unos pasos, fingiendo que leía, por lo que pude escuchar perfectamente aquello que dijeron, cuando comenzaron a alejarse.

-Vamos, míster Bond –dijo él, con voz serena.

-Gracias por comprenderme –fueron las palabras de ella.

-¡Guau…! –volvió a decir el perro, mientras enseñaba brevemente los colmillos.

6 comentarios:

  1. Diálogo con segundas y perro de por medio, el tercero va detrás, anotando las muchas maneras que tienen las parejas de decirse cosas, sin decírselas, a través de un sujeto excusa. !GUau! tiene razón, Bond.
    !Salve!

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  2. jjejeje pobre Bond!...ser mascota implica someterse a tantos límites!
    =)

    Un abrazo.

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  3. De noche lo leí con otro final que le daba más fondo, ¿siempre cambiás los finales? Un abrazo.

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  4. Ultimamente has escrito cuentos que tienen que ver con parejas, ¿acaso está pasando algo en el corazón de Vian?. Saludos.

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  5. están chistosos los anónimos. pero no, y no. aunque creo que cambiar mi propio final está más difícil. Saludos.

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