I.
A veces quiero un empleo sencillo
uno de esos que puedes hacer
sin importar que ya no creas en nada:
sacar cuentas
freír papas
o limpiar asientos en una iglesia,
por ejemplo.
No hablo por hablar.
Lo digo en serio.
II.
Una vez conocí a una chica
que tenía el empleo perfecto:
empaquetaba cosas.
Día a día
nueve horas diarias
empaquetaba cosas.
Y era perfecta en lo que hacía.
Una vez tomó las hojas de un periódico
y comenzó a envolver
las cosas del departamento.
¡Hubiesen visto que hermosas
se veían envueltas
las botellas vacías…!
Y ella reía y disfrutaba
empaquetando,
y todo –hasta lo muerto-,
pasaba entonces a tener algo así
como una existencia secreta.
Le pedí entonces que envolviera mis libros,
las ollas,
y hasta las fotografías de nosotros
fueron envueltas
de una manera perfecta.
Tapó los vidrios,
y las ventanas
y todo era sombras
al interior de la habitación.
Y me sentí como en crisálida.
Fue así que un día
en que creí dormía al lado mío,
estiré los brazos y encontré en su lugar
una especie de cáscara.
Ella no volvió y la habitación
quedó a oscuras.
Y yo debí desenvolverme
antes de tiempo.
III.
La mayoría de la gente
cree vivir de día
y dormir de noche
Y todos me recomiendan
dormir al menos
7 a 8 horas diarias.
Yo entonces sumo y resto:
agrego mis 46 horas como profe,
los desplazamientos
y hasta el trabajo en el hogar,
y siento que nos están haciendo vivir
una gran estafa.
Es un pensamiento básico,
pero es cierto.
No te preocupes,
me dicen,
si hay luz
ella vendrá a tu encuentro.
Y claro…
esforzándome al máximo
hay veces que les creo.
Aunque siempre sentí en mi corazón
que la vida era otra cosa.
IV.
A veces siento
que la vida verdadera
te la entregan tan envuelta
que no alcanza la existencia
para abrirla.
Y los años se me pasan:
y Gregorio muere como un bicho
y Segismundo sigue preso como un rey
y el Quijote reniega de sí mismo
derrotado…
¡Esos no son ejemplos para nadie!
me digo
Y decido entonces que voy a tener que darme el tiempo
para escribir un clásico distinto
si quiero que mi hijo realmente descubra
lo que es un héroe,
y sea capaz de desenvolver su vida
cuando todavía sea tiempo.
Quizá no es un empleo sencillo,
pero es el único que está hecho
a mi medida.
No hablo por hablar.
Lo digo en serio.
A veces quiero un empleo sencillo
uno de esos que puedes hacer
sin importar que ya no creas en nada:
sacar cuentas
freír papas
o limpiar asientos en una iglesia,
por ejemplo.
No hablo por hablar.
Lo digo en serio.
II.
Una vez conocí a una chica
que tenía el empleo perfecto:
empaquetaba cosas.
Día a día
nueve horas diarias
empaquetaba cosas.
Y era perfecta en lo que hacía.
Una vez tomó las hojas de un periódico
y comenzó a envolver
las cosas del departamento.
¡Hubiesen visto que hermosas
se veían envueltas
las botellas vacías…!
Y ella reía y disfrutaba
empaquetando,
y todo –hasta lo muerto-,
pasaba entonces a tener algo así
como una existencia secreta.
Le pedí entonces que envolviera mis libros,
las ollas,
y hasta las fotografías de nosotros
fueron envueltas
de una manera perfecta.
Tapó los vidrios,
y las ventanas
y todo era sombras
al interior de la habitación.
Y me sentí como en crisálida.
Fue así que un día
en que creí dormía al lado mío,
estiré los brazos y encontré en su lugar
una especie de cáscara.
Ella no volvió y la habitación
quedó a oscuras.
Y yo debí desenvolverme
antes de tiempo.
III.
La mayoría de la gente
cree vivir de día
y dormir de noche
Y todos me recomiendan
dormir al menos
7 a 8 horas diarias.
Yo entonces sumo y resto:
agrego mis 46 horas como profe,
los desplazamientos
y hasta el trabajo en el hogar,
y siento que nos están haciendo vivir
una gran estafa.
Es un pensamiento básico,
pero es cierto.
No te preocupes,
me dicen,
si hay luz
ella vendrá a tu encuentro.
Y claro…
esforzándome al máximo
hay veces que les creo.
Aunque siempre sentí en mi corazón
que la vida era otra cosa.
IV.
A veces siento
que la vida verdadera
te la entregan tan envuelta
que no alcanza la existencia
para abrirla.
Y los años se me pasan:
y Gregorio muere como un bicho
y Segismundo sigue preso como un rey
y el Quijote reniega de sí mismo
derrotado…
¡Esos no son ejemplos para nadie!
me digo
Y decido entonces que voy a tener que darme el tiempo
para escribir un clásico distinto
si quiero que mi hijo realmente descubra
lo que es un héroe,
y sea capaz de desenvolver su vida
cuando todavía sea tiempo.
Quizá no es un empleo sencillo,
pero es el único que está hecho
a mi medida.
No hablo por hablar.
Lo digo en serio.
:O ! Hermoso!
ResponderEliminarMe transmite la idea de que cada quién desea la vida del otro... aunque también un sentido de no darle tanto valor a ciertas cosas.
No se! Pero me ha encantado.
Saludos.
Gracias...
ResponderEliminarclpa clap -sigo aplaudiendo!-
ResponderEliminar...y disfrutando de tus pensamientos y sus encantadores envoltorios.
Abrazos!
"aunque siempre sentí en mi corazón
ResponderEliminarque la vida era otra cosa"!
tal cual, todavía busco...
¡Excelente!
ResponderEliminarY no hablo por hablar...
Uau! me ha encantado.
ResponderEliminarbesos
Se nos ha impuesto como vivir. Somo maquinas sin pausas, y el trabajo ya no es para tener una vida tranquila. Ahora nos consume el tener y tener y tener y tener mucho más, se nos impone hasta que desplazamos vida, amor, familia, amigos, nosotros mismos. Lastima.
ResponderEliminarY no hablo por hablar.
Lo digo en serio .
saludos!