viernes, 27 de diciembre de 2019

Todo estaba bien.


El mensaje decía que todo estaba bien, que el incendio era grande, pero al parecer estaba controlado. Además, habían hecho cortafuegos y todo se había detenido a unas cuántas hectáreas de la casa, por lo que podían estar tranquilos. El mensaje además daba cuentas de los daños en carreteras y hacía referencia al estado de los animales, cuestión que a fin de cuentas resultaba ser la información central.

De los animales, el mensaje señalaba que habían trasladado los caballos a una hacienda contigua, ya que estaban muy inquietos y esto alteraba también a las vacas, cuya producción de leche había mermado un 20% en los últimos días. Respecto al alimento, señalaba que contaban todavía con suficiente forraje y por otro lado el nuevo pozo permitía estar tranquilos con el agua, si se utilizaba adecuadamente y todo seguía como hasta entonces, sin mayor novedad.

Por último, el mensaje daba cuenta de la recuperación de los animales que se habían extraviado, cuando comenzó el incendio. Dos caballos recuperados sin daño alguno y un potrillo que se había herido levemente una pata, ya que no había sido herrado con anterioridad. También habían regresado las ovejas, sin novedad, salvo una, que al parecer era la única pérdida concreta que podía estimarse. Al respecto, el mensaje terminaba consultando sobre qué hacer respecto a esa oveja. ¿Quiere que la vayamos a buscar igualmente?, decía el mensaje. Acá decidimos no hacerlo para centrarnos en las otras, pero si usted manda podemos intentarlo. Como anexo, finalmente, el mensaje incluía el contacto del encargado de bomberos de la zona por si se necesitaba información directa, aunque probablemente no haría falta (se reiteraba), pues todo estaba bien.

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