lunes, 2 de septiembre de 2019

Tomar su mano.


-¿Disculpe? -dijo él.

-¿Sí…? -dijo ella.

-Es un atrevimiento, pero… ¿le molestaría a usted si tomo su mano?

-¿Mi mano…?

-Sí… Respetuosamente, claro…

-¿Cuál mano desea usted?

-¿Cómo…?

-¿Cuál de las dos quiere tomar?

-Eh… pues no lo había pensado… En realidad, preguntaba por esa de ahí…

-¿La izquierda?

-Sí… Es que me queda más cerca… ¿puede ser la izquierda?

-Oh, no… esa no… ya sabe usted…

-¿Y si le tomo la derecha?

-No… Me hace usted sonrojar… Cuánta insistencia…

- Caballerosa insistencia, eso sí… no quiero molestarla…

-No, no molesta… es solo que…

-¿Sí…?

-Supongamos que yo accediera… si aceptara, por ejemplo, que usted tomase mi mano izquierda… es una suposición, recuerde…

-Intentaré refrenar mi esperanza…

-Pues bien… si yo cediera con mi mano izquierda… ¿con qué mano usted la tomaría?

-¿Con qué mano…?

-¿Con cuál de sus manos tomaría usted mi mano? Mi mano izquierda, recuerde…

-Eh… A ver… Creo que con mi derecha…

-Oh… Me sonrojo nuevamente, yo…

-Con la izquierda entonces… cómo le sea a usted menos desagradable…

-No… No es desagrado… es solo que…

-¿Qué…? Diga sin problemas…

-Es que pensaba… ya sabe… no es un asunto solo mío…

-¿Hay alguien más?

-No… Es decir… Ellas solamente…

-¿Ellas?

-Las manos… Creo que tendría que preguntarles a ellas qué les parece, para ser justa… Se imagina que yo ceda mi mano derecha y de pronto la derecha, no sé, se siente ofendida por su preferencia…

-…

-Una podría molestarse con la otra y… bueno, ya sabe usted… uno necesita armonía… eso es lo principal… la armonía propia, me refiero…

-Entiendo -dijo él, resignándose.

Se quedaron en silencio.

Él pensó por un momento ofrecerle tomar sus dos manos entre las suyas, pero tal vez sería demasiado.

Ella, en tanto, pensaba que si no fuese una dama ya estarían revolcándose, en algún sitio.

Ninguno de los dos se atrevía a hablar.

Finalmente, frente a ellos, dos perros callejeros, tras olisquearse detenidamente, comenzaron a unirse, con poco delicados movimientos.

Ella pensó en gritar, pero no lo hizo.

Él fingió no darse cuenta de la situación y se retiró del lugar.

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