viernes, 27 de septiembre de 2019

De papel.


Se ganaba la vida haciendo figuras de papel.

Generalmente con dobleces, aunque en ocasiones se ayudaba también con tijeras o reforzaba las uniones entre ciertas piezas.

Lo primero que vi, de sus creaciones, fue la catedral de Notre Damme.

Estaba expuesta, junto a otras de sus creaciones, en una feria de objetos artísticos que se ubicaba, en ese entonces, en las afueras de un museo.

Como era al aire libre, había colocado una serie de biombos en torno a su puesto, para evitar las corrientes de aire, y para que no le llegase directamente el sol.

La gente se acercaba hasta el lugar y le pedía fotografiar sus obras.

Yo, que también estaba asombrado, me acercaba a la catedral para ver los detalles, percatándome que los papeles utilizados estaban escritos, y correspondían a hojas de libros, envejecidas.

Incluso, mirando con mayor atención, pude observar unos nombres que me parecieron familiares, escritos en las hojas de la catedral.

-Nuestra señora de París -dijo entonces el artista, mientras yo observaba-. La catedral está hecha con páginas del libro de Víctor Hugo.

Fue entonces que me fijé en las otras creaciones y comprobé que había operado de la misma forma.

La estatua de un príncipe con hojas del cuento de Wilde.

Una máquina del tiempo con páginas del libro de Wells.

Una especie de submarino a partir de un libro de Verne.

O un bicho extraño, hecho con La metamorfosis.

No vendía las figuras, por cierto, sino que uno podía dejar una colaboración, tras observar el trabajo o sacarse una fotografía.

Me tocó observar, de hecho, a un par de personas bastante insistentes ofreciéndole dinero por alguna de sus obras.

-No las vendo -escuché decir al hombre-, es parte de mi biblioteca.

Con el tiempo, vi otras de sus obras expuestas en una pequeña sala de una corporación cultural, pero nunca he sabido más sobre ellas.

Sin embargo, me ocurre por lo general cuando leo mis libros u observo mi biblioteca, imaginar qué figura podría hacerse con cada una.

Cuando lo logro -aunque por lo general no suelen ser figuras concretas, como en el caso de aquel artista-, siento que he comprendido verdaderamente.

De esa forma, supongo, yo también me gano la vida.

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