lunes, 23 de julio de 2018

Olivia.


Fuimos a ver una banda punk que se llamaba Olivia. Tenía cinco integrantes que iban vestidos como la novia de Popeye. Todos eran altos y lo suficientemente delgados como para que sus disfraces causaran cierto impacto en los espectadores. No pude entender las letras, pero al parecer había un tema que hablaba de cortarle las bolas a Popeye y meterle las espinacas por el culo. De hecho, tocaron dos veces ese tema. Al inicio y al final del espectáculo. Creo que podía interpretarse como una apología al feminismo, o algo así. Lo cierto es que no entendí muy bien, si soy sincero, pues estaba algo borracho. Tal vez por lo mismo, no estoy seguro si todos los integrantes eran hombres o había una mujer tocando una guitarra. Saqué unas cuántas fotos, de hecho, para revisar después. Y claro, fue en una de esas fotos donde salía el tipo cuchillo en mano, alejándose del lugar. No se veía muy bien porque estaba de espaldas, pero podía notarse al hombre herido, justo comenzando a caer. Al otro día por mejor llevé las fotos a la policía y presté declaración. Les dije que yo había estado cuando dieron muerte al hombre, en el centro de bandas punk. Confirmé que no me di cuenta en el momento y que solo me enteré por los rumores y porque se suspendió el espectáculo. Se quedaron con las imágenes y borraron la memoria de mi cámara, para que no fuesen difundidas. Todo resultó bien salvo que el tipo que me tomó declaración me dijo que daba información superflua y que le hacía perder tiempo con detalles sin importancia. Y claro, yo fingí que tenía razón y lo dejé quedarse con esa impresión. Allá él si no sabe ver qué es lo importante en todo esto. Deje que los muertos entierren a los muertos, le dije finalmente, cuando me iba. Él pensó que estaba loco o que seguía borracho así que ni siquiera se molestó en responder.

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